domingo, 30 de octubre de 2016

Madrigueras y socavones que nadie quiere ver

 Estoy mirando mi ciudad con esa tristeza que tienen  las flores sin perfume de los invernaderos. Antes, cuando en la ciudad florecían las flores su perfume inundaba los alrededores y embriagaban las rosas al pasar junto a ellas. Y cuando noviembre  se vestía de luto por los muertos  su elegía era un muestrario de flores en mi cementerio. Invisible  llegaba aluna lluvia a llorar con nosotros y caían sus lágrimas sobre las tumbas y las flores dejando un aroma  prendido de nostalgia en todos los rincones de mi cementerio. Las almas de los muertos suplicaban oraciones desde sus tumbas florecidas. Las había con flores sencillas, humildes que habían sido cortadas en los patios  de la familia, dejadas sin atavíos de cintas y papeles de celofanes. Se reconocían por la profusión de sándalo y crestas granates, laurel y margaritas pequeñas, hierbaluisa y claveles dejados con primor artesano sobre la tumba. Olían a patio encalado y tiestos  de latas de tomate y cubas vacías de aceitunas. Sí, eran flores con nombre propio cuidadas por amos amorosas que las dejaban sobre las tumbas con la emoción de seguir a mando a quien ya reposaba en el lugar sagrado sin otras confusiones que amar a pesar de la muerte y por encima de esa distancia corporal que no erradicaba lo que albergaba el alma y el corazón.  En la memoria seguían existiendo todos los que no estaban.
Un día las flores dejaron de ser plantadas en los patios y se comercializaron como las hamburguesas de las multinacionales, que no saben a nada, son caras  y para más inri, las sirven en cartones sin camareros; y como ganado manipulado se pasa a consumirlas sin protestar por nada. Así llegaron las flores sin aromas perfectas en tamaño y a punto para ser compradas y llevadas a todos los cementerios.  Los centauros de las emociones se fueron disipando entre centros florales  de formas y colores de flores exóticas, además de las flores logradas con híbridos mestizajes sin el aroma aquél que tenía mi ciudad en parterres y parques y también por noviembre en el cementerio de mi ciudad.
Ahora el cementerio carece de ese aroma que transportaba a los hogares donde los muertos habían vivido. Hay  más flores que entonces, todo es suntuoso, elegante pero carece de aquello que lo hacía inmortal, creíble y pródigo en ver ante las tumbas unos labios moviéndose  al ritmo tenue y silencioso, como leve murmullo de la oración que salía de los labios de cuantos de pie, estaban junto a sus muertos. Mi ciudad ha cambiado, es distinta y perdió los aromas  que prohijaba a los muertos y a los vivos entre sus paredes.  Y  en esa elegía sin ornamentos  de falso oropel, en algunas tumbas había romero y tomillo traído desde el monte, donde  todavía los conejos había que buscarlos porque sus madrigueras no eran socavones múltiples en terrenos labrados y en parque industriales, donde se plantaron jardines para las empresas que no llegaron y son habitados por ellos.
Recordar es retroceder al viejo solar del pasado. Es, mirar mi ciudad en su espejo presente  llena de incertidumbre, de ese miedo que no dice y se palpa cuando la noche cae sobre sus calles y casi nadie la transita a pie.  En ese espejo hay que protegernos todos porque somos unos desconocidos no fiables.
Yo también compro gladiolos y flores sin aromas y los dejo junto a los que perdí,  lloro sin lluvia y sin ellos, porque todavía veo los socavones que nadie quiere ver y sigo sola sin esconderme en las madrigueras actuales donde demasiadas veces escucho que algunos jóvenes se han suicidado en mi ciudad, a pesar de tener botellón y fiestas diferentes con libertad y sin melancolía ni nostalgias envueltos en disfraces que promulgan la felicidad sin conseguirla.


                                                                                                                         Natividad Cepeda

Arte digital: N Cepeda


martes, 25 de octubre de 2016

Oretania y los poetas en Almagro


 Almagro,  ese lugar conocido por su corral de comedias se ha dignado invitar al Grupo Oretania para que reciten algunos de sus poetas en su teatro el 25 de octubre de 2016. Teatro construido en 1863 bajo el proyecto del  arquitecto Cirilo Vara y Soria creando un teatro muy al gusto de la alta burguesía, aunque la mayoría de sus habitantes fueran los situados en la pequeña burguesía, comerciantes y artesanos junto a los agricultores que actualmente son los residentes de esa ciudad emblemática del teatro. Almagro  puede presumir de  ser un punto original del teatro clásico cada verano, fecha calurosa por estos puntos de nuestra geografía, pero se mantiene y se complace en seguir mostrando su joya única, su Corral de Comedias.
Por Almagro han pasado actores nacionales e internacionales,  recitado en sus viejas paredes poetas, y declamado actores a los poetas clásicos de nuestra literatura de los Siglos de Oro español; y para no variar con otras instituciones, ha venido ignorando a los poetas cercanos de su provincia y comunidad, algo usual en nuestra tierra. Porque los de fuera  son siempre mejores. O también todo aquél que vive fuera de sus fronteras y regresa con un hatillo de vivencias extranjeras, lo que le da prestigio ante los que habitamos, y  arrimamos trabajo y hacienda para la supervivencia de Almagro y todos los pueblos y ciudades de nuestra provincia y comunidad.
Oretania, esa cultura olvidada de nuestros ancestros, sigue presente en nuestro legado milenario. El río Anas, nos ha dado vida y nombre a través de los años dejando además el talento de aquellas gentes insumisas a cartagineses, donde el caudillo Orissón, venció a  Almícar Barca, ayudándose de toros en cuyas astas puso haces de leña encendida, desordenando así al poderoso ejército cartaginés y a su invencibles elefantes: leyendas reales, gesta ignorada de los primeros españoles y de los que vivieron y amaron esta tierra que habitamos y pisamos. Oretania y el río Anas, hoy Guadiana, siguen existiendo en cada uno de nosotros con la fuerza de los iberos  no extinguida en algunas de las gentes que apostaron por quedarse y perpetuarse. De esos ancestros nació el Grupo Oretania, se presentó un 19 de noviembre de 2009 en Almodóvar del Campo, está compuesto por poetas y escritores de la provincia de Ciudad Real o afines, coordinados por el escritor Luis Díaz-Cacho y el  editor y periodista Julio Criado  y Editorial C & G. Su trayectoria lo avala por su continuidad y su empeño en dar a conocer a muchos poetas con voz propia.
Versos múltiples, distintos y diferentes como son, sus poetas. Poetas de Ciudad Real, poetas de nuestros pueblos, de nuestra idiosincrasia, característica de nuestra colectividad; así me lo han dicho en algunas tertulias culturales de los madriles  cuando se han referido a nosotros. Y me parece  singular que esa característica nos distinga y una.
Escribir de poesía y poetas es árido por la mucha soberbia que acumulan muchos poetas creyéndose el ombligo de un mundo que los ignora. Lo he dicho y escrito; los poetas leemos a los poetas. Y en esos poemarios hay de todo poemas maravillosos que emocionan, poemas insufribles, malditos, nefastos y excelentes: lo bueno de las antologías es que,  el abanico es amplio y encontramos entre sus páginas afinidades con el gusto personal de cada uno.
el Grupo Oretania y su iniciativa ha abierto la puerta a muchos poetas conocidos en sus lugares de origen y casi desconocidos en muchos otros. Iniciativa generosa exenta de ególatras subidos a pedestales que se hunden en su propio barro.
Almagro abre su pórtico a estos poetas y espero que además de los consabidos clásicos que suelen ser invitados cada verano, se invite también a los soñadores juglares que hay por villas, pueblos y ciudades de nuestro entorno. Poetas y librepensadores sin ataduras de partidos políticos que son vetados en muchas instituciones porque los que eligen obras para ser publicadas y financiadas con dinero público, eligen a dedo, los que ellos quieren, y no siempre son los mejores. Manipulación que se quedan sin grandes recorridos  a pesar de lo mucho que se invierte en esas publicaciones.
A risas con la palabra, es el séptimo encuentro de los poetas de Oretania, bajo la figura de Francisco de Quevedo y Villegas, que ilustra su portada, en recuerdo y honor de uno de los más grandes genios españoles. Autor perseguido, encarcelado por el poder al que denunció. Hoy al igual que ayer, los padrinos siguen ejerciendo su oficio represor con disfraces parecidos y palabras engominadas, unas de progreso, otras de conservadurismo; ambas opciones dictatoriales y cortadoras de libertad autentica. La lírica española es constante en tiempos de bonanza y crisis de valores y fortunas. Puede que los poetas sean junto con los bondadosos que ayudan sin peculio a los demás los que aún creen que la vida es bella y hermosa a pesar de tanta basura y podredumbre.

                                                                          Natividad Cepeda


El libro “A risas con la palabra”, editado por Ediciones C&G, resultante del VII Encuentro Oretania de Poetas, celebrado en noviembre de 2015 en Torre de Juan Abad, forma parte de la programación del 31º Encuentro de Poesía Española, organizado por la Diputación de Ciudad Real, que se celebrará en Almagro entre el 24 y 28 de octubre.




                                                                                                     





lunes, 24 de octubre de 2016

Esperpentos de lujo y egoísmo

Se asoma la luna ignorando la opresión de los que miran sin ver el sufrimiento en la fábula de la vida. Se asoma por encima del vacío de la eterna lucha de la supervivencia, por encima de ríos secos, esquilmados por riegos exhaustivos que convierten la tierra en broza y erial.
Se asoma por encima de ramas de árboles enfermos con su ritual de ruinas, de satélite muerto a la que alabamos y ponderamos en su belleza fría, tan yerma como las cuencas vacías de los muertos de hambre, de los caídos en esas guerras universales y eternas como la misma luna. 
Por entre sus sombras se escoden campos y hombres, muertes y vidas de mujeres derramando llanto  y preguntas universales, por qué, yo, por ser mujer he de ser violada, vendida, vejada, secuestrada y maltratada en tantos encuentros que la luna ve y conoce. Y esa pregunta se queda muda como la luna cuando la miro y nada me responde.
Donde yo habito nos falta vida; estamos llenos de ceguera acercándonos a un final de etapa.  Entre el agua donde se mira la luna, en ese charco sucio  hay vientres vacíos de mujeres bellas, de hombres sin escribir en el libro de sus vidas, la regeneración de las generaciones. Fríos y distantes del calor de la vida, mirándose en los espejos de los charcos del narcisismo ególatra y egoísta en sus jardín de lujo, de acaparar juguetes de vanidad y soberbia donde no hay cabida para engendrar la vida.
La luna, vieja y caduca nos mira y al mirarla nos engañamos admirando su  fulgor. Fulgor ajeno, donado por el sol. en esa engañosa presencia hemos cantado su belleza igual que mi gente, los que piensan que primero hay que vivir, disfrutar sin concebir hijos ni responsabilidades. Envejece España.
Los viejos no valen, nada más que para sacarles sus ahorros, su esfuerzo de trabajo y tesón.  Se prima el aborto y no se prima tener hijos.
Pobre sociedad caduca mirándose en lunas de espejos similares al espejo de la madrastra del cuento de Blancanieves; espejito, espejito quien es quien vive mejor, yo. Y  España se muere.
Nos gobiernan gentes sin cerebro, sin corazón y sin inteligencia; aves de rapiña pensando en sacar impuestos a los que crean riqueza, trabajo, futuro.  Pasajeros que dejan rastros de miseria con sus titulaciones universitarias y sus catálogos de impresentables en conferencias rimbombantes sin que la vida se mejore en este cuarto último de siglo a caballo entre el que terminó y ha empezado.
Nos morimos de egoísmo y avaricia sin otros valores que el vicio y el desorden por doquier. Pobres generaciones abocadas al exterminio; lloraremos, llorarán por esos hijos no queridos cuando solo seamos, sean viejos esperpentos fríos y solos como la luna en el cielo.

                                                       Natividad Cepeda  

Arte digital: N Cepeda

miércoles, 19 de octubre de 2016

Lazos rosas para todos y todas: símbolo de esperanza



En la mirada de miles de mujeres y  de hombres  hay húmedas plegarias abrazando al cielo  con   arrojo,  de quien sabe luchar  con  la estirpe y la hoguera encendida; de  quienes no cierran  en sus hazas el fuego   de combatir crónicas de dolor para  salir  de ese laberinto  sin perder la esperanza ni los sueños. Cuando todos ellos  conocen,  que  es muy  largo el camino y tienen  muchas noches de  insomnios  cruzando los pasillos  con olor a hospital,  sin otra alternativa   que destrozar  el miedo  y esa oscuridad que en el alma se siente, y hay  un grito en medio de esa oscura luna, silencioso y profundo.  

Un alarido de donde ellos y ellas, se saben que vencerán  abriendo horizontes. Horizontes que  derriban  murallas de incertidumbre donde la palabra vida se crece y expande por  caminos,  sendas, trochas y  viajes  con  alas y susurros más fuertes y más altos que el vuelo  de los ángeles, de las águilas y de todos los aviones, cohetes y capsulas dirigidas al espacio donde las estrellas se multiplican, aparecen y desaparecen como los susurros en el aire. 

Cuando se llega al final de esa lucha y de ese laberinto una mujer y un hombre, se crece por encima de todo porque ha superado a la materia con la fe de su espíritu. Percibe que ella, que él, forman parte de todo lo creado y saben que son hijos de todas las galaxias y en continuo prodigio ven atalayas dibujadas en las nubes  con los ojos del alma.

Hoy han dicho que  hoy, hay que celebrar la curación del cáncer de mama; en edificios públicos se cuelgan lazos rosas, porque, a no sé quién, se le ocurrió bautizar como  símbolo femenino. Vale adoptemos lazos rosas para todos y para todas como símbolo de esperanza para saber que la vida es una lucha, pero lo realmente importante e imprescindible, es invertir en investigación, en educaren  hábitos saludables y en no olvidar,  que el cáncer de mama también lo padecen algunos hombres, además del cáncer de próstata masculino, equiparado al cáncer de mama en la mujer.  

Los pactos para las celebraciones a veces son pedazos demagógicos y arrogancia de algunos en alocuciones públicas, lo admirable es seguir combatiendo día a día la enfermedad, cualquiera derivada de esa lacra humana llamada cáncer y no olvidarse de sonreís por encima del dolor físico y psíquico.  Y encontrar esa luz en todas las miradas que conocen lo que es superar y ganar esa batalla.  Porque haber borrado el rictus del dolor es una prueba de amor, de coraje y de esperanza de todos los enfermos del mundo.
           



                                                                                                       Natividad Cepeda   

martes, 18 de octubre de 2016

Dignidad y pobreza en un pergamino sin ética

                                              
  Desde los medios oficiales se dictan normas  renegando, con palabras escogidas, en contra de la pobreza. Las palabras para su definición cambian, pero el desamparo medra excluyendo del poder adquisitivo a un número cada vez mayor de personas. La Ley, abundante en retórica, incluye recovecos por donde los  que las promulgan y promueven hacen beneficiarse  a los más altos y dignatarios en poder económico y político, quedando los de abajo, el pueblo llano desprotegido, salvo para pagar impuestos salidos de nóminas, cooperativas agrícolas y ganaderas y autónomos de cualquier profesión y oficio. De tal manera que la espalda de Eva y Adán siguen cargando con el innumerable peso de todos los truhanes del mundo.
La economía rural, desmembrada en impuestos y saqueada en aras de unos planes europeos e internacionales, ha sucumbido a tanta sinrazón orquestada desde esos planes con la  convivencia de sus mismas asociaciones, tapando algunas corruptelas, que aunque conocidas, son calladas por el sector por temor a no ser atendidos si destapan la liebre los que saben de sucios manejos y prebendas.  La triste realidad se palpa en la despoblación creciente de los pueblos de España, y en los que quedarán en una década despoblados por estar habitados por personas mayores; viejos jubilados sin jóvenes ni niños a su lado, agonía  unánime parecida a un quinqué sin mecha ni aceite.
La jugada de prometer lo imposible es un juego escaso de buenas cartas; porque cuando se dice que hay que conseguir ayudas sociales para todos los habitantes  no se ignora que sin producir, esas ayudas cada vez serán más escasas. Los políticos de izquierdas  esgrimen descaradamente esa porción de dar y prometer dadivas sin trabajo; los políticos de derechas también, aunque con menos énfasis o utilizando un lenguaje menos atrevido en sus promesas, aunque ambos saben, que más pronto que tarde, sin economía sostenida en zonas rurales y en ciudades sin empresas, donde la inversión no llega ni se canaliza para que llegue, esas promesas no son ni viables ni ciertas.
Las modestas economías de las zonas rurales se desangran  en vida y en muerte, porque no caben calamidades entre las manos ásperas de quienes al morir sus padres y heredar la tierra y la  hacienda para continuar manteniendo trabajo sin tirar cohetes, han de pagar el impuesto de sucesiones con tal largueza que, es un abuso de autoridad y de poder. Junto al surco no hay  vacaciones ni  joyas adquiridas para guardarlas en cajas fuertes de bancos, tampoco sociedades que conocen como no pagar al Estado…Los míos, toda la gente del agro español llevan una existencia sin sorpresas. No escondes pingues ganancias en fundaciones y asociaciones tapaderas de encubrimientos de Euros; no,   su estuche es la caja que recoge sus cuerpos  preñados de amaneceres y desalientos cuando vuelven a la tierra de la que todos procedemos.
Los pueblos se quedan solos, abandonados por ser esquilmados, y todavía hay quien dice que los patrones no se comen la mierda por mal parecer.   El mundo se desangra en las plazas de los pueblos como antaño, como siempre, o se van cubriendo de una pátina de tristeza taponando sus calles y casas el polvo del olvido. De poco sirven, hasta hoy, así ha sido y es; las frases hechas y las arengas en favor de la extirpación del hambre: los pergaminos actuales  sin ética, no impiden el hambre y la miseria.



                                                                                                  Natividad Cepeda

Arte digital: N Cepeda

lunes, 10 de octubre de 2016

Bullying: igual a tiranizar, acosar, intimidar y pegar a una niña indefensa

Retumban  en mis oídos las noticias escalofriantes y terroríficas de tantos niños maltratados por otros niños. Y no dejo de pensar que  esos maltratadores son la consecuencia de la sociedad donde crecen y evolucionan. En silencio, un profundo lamento estéril  se aposenta en las fibras de todo mi ser al comprobar que esa paliza dada en un colegio a una niña de ocho años por quienes le doblaban la edad haya sucedido y no es ni el primer caso ni un caso aislado. Y me pregunto el por qué cuando se escribe en la prensa esta fatídica noticia se trata de encubrí el hecho  como intentando quitar importancia empleando palabras de otro idioma. No ignoro que denunciar esta palabra empleada es una voz que calma en el desierto de las ciudades cibernéticas y que me puede llover una tormenta de bilingües que se vayan por donde no quiero en defensa de ser políglota.
Llevamos tanto tiempo empeñados en ñoñerías que hemos olvidado lo importante que es llamar a  cada cosa por su nombre sin complejos, además de salvaguardar los valores éticos y humanos tan pisoteados por una sociedad  caduca y podrida de vicios múltiples. Aquí los espabilados, hipócritas  y malvados son defendidos por un sistema empeñado en machacar a los que no delincan y ya puede retumbar las atrocidades más escabrosas y brutales que seguimos quitando importancia a todos los acosadores, violadores, asesinos y ladrones que pululan por calles y plazas de pueblos y ciudades de esta España harta de futbol y de políticos que cobran, no todos, pero sí una gran mayoría, sin cumplir con lo prometido y  jurado cuando se hacen cargo de la confianza que en ellos se ha depositado.
No hay día que no se cueza en la olla a presión de este  desmedido desmadre  un atropello; y lo escuchamos como si fuera algo natural, y ocurre porque la mayoría lo consentimos y nos apabullamos y callamos. Es vergonzoso leer esa paliza dada a una niña en un centro escolar, donde se supone que nuestros niños están protegidos por los educadores. Aunque si hace años no se les hubiera maltratado a muchos de esos maestros y educadores,  quitándole toda autoridad, probablemente esas pandillas de delincuentes adolescentes  no se atreverían a  golpear a una indefensa niña pateándola. Y yo me pregunto, ¿a dónde están los defensores de los animales, las asociaciones feministas y tanto colectivo vocinglero que no salen a protestar airadamente cuando estos hechos ocurren?     
Ha pasado mucho tiempo, dura demasiado la violencia contra las personas y nuestras leyes no se cambian, por qué, me sigo preguntando, ¿acaso ser progresista es ser solo denunciadores y denunciadoras, de unos políticos contra otros, en los patios de los partidos políticos, ignorando lo que ocurre en la vida de los ciudadanos?   Porque si es así no los  necesitamos.
Existe demasiado silencio ante hechos muy graves. Un niño, una niña; nuestros niños, son nuestra continuidad y son, lo que ven, en el testimonio de los adultos.  Una niña apaleada, pateada y herida en su dignidad hasta ser abandonada es ignominiosa en este país que se rasga las vestiduras ante sucesos mucho menos alarmantes que este hecho concreto. 
Pero no pasa nada porque la  estupidez ha llegado a cotas tan altas que  hasta ser educados se ha borrado de la vida social e informativa de muchos presentadores y comunicadores femeninos y masculinos.   La sensatez ha fallecido entre nosotros, y el grito silencioso de esa niña, víctima de esa atroz paliza, se escribe en otro idioma porque así demostramos lo poco que nos importa la convivencia en cualquier área social de este país llamado España y nuestra cobardía.

                                                                                                Natividad Cepeda

 Arte digital: N Cepeda



jueves, 6 de octubre de 2016

Equivocar la realidad de lo esencialmente humano

                      
Octubre  nos ha traído la incertidumbre del devenir de la socialdemocracia  española, perfilada por algunas tendencias, como si estuviera agonizando en ella misma. Como si el porvenir estuviera cerrado a la esperanza de recuperar esa parcela de moderación política y buen tino por donde debe continuar. Algunos colectivos olvidan que ir en contra de la moderación es autodestruir la convivencia y, qué toda democracia es avalada por los ciudadanos que van a votar y no, por lo que se abstienen.
No hay otro contrato que la continuidad en esta aventura de avanzar y denunciar todo lo que está mal; todo lo que entorpece y obstruye lo que es justo y razonable, venga de donde venga. Porque es cierto que estamos desencantados  de tanto bucanero de tierra adentro como si el bien común fuera un saqueo ilimitado. O como si  el enemigo es,  todo aquél que no piensa y actúa como la ley marcada por el político que no piensa en el pueblo llano, el mismo pueblo que le dio el poder y a través de discursos y arengas suscita el enfrentamiento tácito amparándose en la denuncia de los contrincantes sin reparar en la suya propia.
Enardecer a las multitudes  para que se queden sólo, con la parte superficial de la verdad que suele enmascararse tras acusaciones al contrario para así, encubrir  lo que no conviene.  Las reformas extremas  siempre nos han abocado al error y a la pérdida de valores  consensuados similares al desprecio por la persona, a la avaricia y la soberbia de querer estar por encima de los demás, al expolio ejercido por banqueros sin escrúpulos al asignarse cantidades millonarias exentas de ética de moral y de decencia. Y somos muchos los que pensamos que esos delitos no deberían prescribir ni extinguirse, además de devolver lo sustraído indebidamente  cobrándoselo en bienes propios, o en caso de alzamiento de bienes, en trabajos para la comunidad y pérdida de libertad. Y esa misma sanción aplicable para los facinerosos de cualquier grupo social, sindicatos, constructores, profesores y obreros que no cumplen con la parcela que deben dar personalmente a la sociedad donde se les protege, acoge y preserva  de todo daño. 
Octubre  nos deja el suave adiós del verano sin que nos bese la lluvia tanta sequía en el alma y en la naturaleza. Como todos sabemos, volver a señalar la fractura del PSOE es no salir  de esa nave a la deriva que debe recobrar el rumbo con un timonel  sincero y leal  que despeje los obstáculos impuestos por quien no ha querido ver, los votos perdidos en  elecciones pasadas. Votos que no han ido al partido del PP, por mucho que esa realidad no se quiera admitir ni ver. Votos desperdigados en partidos populistas, radicales y exacerbados para crear  el enojo en  ese pueblo olvidado  receptivo a revoluciones anacrónicas impropias de hoy.
Escucho, leo y sigo declaraciones sobre ese proceso demoledor desencadenado dentro del PSOE, originado por ese abuso de palabras equivocadas  de su último dirigente,  y no puedo dejar de pensar en aquél Adolfo Suárez destruido por los suyos y adonde fue a parar la UCD y el CDS. Porque el desequilibrio cuando se agita es una marea imparable. Se puede pensar que  nuestra política hay que volver a reconducirla para capear esa situación antidemocrática y exigir que los liderazgos  se sustenten en lo que es esencialmente humano, honradez y honor: cualidades que llevan en sí mismas  deberes propios y ajenos. Mientras que esas cualidades no trasciendan a la vida pública nuestra democracia carecerá de esos derechos individuales,  donde la igualdad y el respeto  por ideas y credos,  sean una máxima del poder y su  decencia.

                                                                                                       Natividad Cepeda



Publicado: Diario digital MANCHAINFORMACIÓN Natividad Cepeda | 05/10/2016
Arte digital: N cepeda