Un alarido de
donde ellos y ellas, se saben que vencerán
abriendo horizontes. Horizontes que
derriban murallas de
incertidumbre donde la palabra vida se crece y expande por caminos,
sendas, trochas y viajes con
alas y susurros más fuertes y más altos que el vuelo de los ángeles, de las águilas y de todos los
aviones, cohetes y capsulas dirigidas al espacio donde las estrellas se
multiplican, aparecen y desaparecen como los susurros en el aire.
Cuando se llega
al final de esa lucha y de ese laberinto una mujer y un hombre, se crece por
encima de todo porque ha superado a la materia con la fe de su espíritu.
Percibe que ella, que él, forman parte de todo lo creado y saben que son hijos
de todas las galaxias y en continuo prodigio ven atalayas dibujadas en las
nubes con los ojos del alma.
Hoy han
dicho que hoy, hay que celebrar la
curación del cáncer de mama; en edificios públicos se cuelgan lazos rosas,
porque, a no sé quién, se le ocurrió bautizar como símbolo femenino. Vale adoptemos lazos rosas
para todos y para todas como símbolo de esperanza para saber que la vida es una
lucha, pero lo realmente importante e imprescindible, es invertir en
investigación, en educaren hábitos
saludables y en no olvidar, que el
cáncer de mama también lo padecen algunos hombres, además del cáncer de
próstata masculino, equiparado al cáncer de mama en la mujer.
Natividad Cepeda
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