jueves, 30 de octubre de 2025

 


La banalización de la sociedad y el dominio de los creadores de contenido

Natividad Cepeda

 

Vivimos inmersos en una sociedad cada vez más banalizada, donde la falta de formación y de identidad personal afecta profundamente la manera en que enfrentamos la vida cotidiana. Esta carencia de pensamiento crítico y de valores sólidos ha generado un terreno fértil para el crecimiento de figuras como los influencies y creadores de contenido, quienes, desde plataformas digitales, dirigen sus ideas a miles y millones de personas, especialmente jóvenes, aunque también adultos de diversas edades se suman a esta tendencia.

La influencia de estos personajes no se limita a lo superficial. Su capacidad de convocatoria y persuasión ha transformado la manera en que se construye la opinión pública. Ya no se necesitan teatros, plazas o estadios para proclamar ideas; basta con un dispositivo móvil, una computadora o una tableta para acceder a audiencias masivas. Esta nueva forma de comunicación, aunque democratizadora en apariencia, ha contribuido a una preocupante pasividad del pensamiento. Muchos individuos adoptan opiniones ajenas sin cuestionarlas, perdiendo así la capacidad de discernir y de construir una visión propia del mundo.

Además, el lenguaje utilizado para referirse a estos fenómenos digitales “creadores de contenido para los hombres y influencies para las mujeres” introduce una distinción de género que está siendo objeto de análisis en diversos países. Esta diferenciación, lejos de ser inocente, refleja cómo incluso en el ámbito digital se perpetúan estructuras sociales que separan y categorizan a las personas.

La influencia de estos actores digitales no se limita a sectores populares; ha penetrado también en ámbitos culturales, donde en demasiadas ocasiones la calidad del contenido es escasa o nula. En este contexto, personas de distintas edades se sienten autorizadas para emitir opiniones públicas sin contar con la formación adecuada, motivadas más por el deseo de reconocimiento que por el rigor intelectual. Este fenómeno ha generado una cultura del ego, donde el aplauso colectivo se convierte en el principal objetivo, incluso si se alcanza a costa de la verdad y la ética.

Este comportamiento no se restringe al ámbito digital. Lo observamos también en espacios políticos, en instituciones, en mesas redondas y en grupos de opinión, donde la popularidad se convierte en una meta que justifica cualquier medio. La verdad se distorsiona, la ética se relativiza, y la convivencia se ve amenazada por una abulia colectiva que margina el pensamiento razonable.

En este escenario, todo parece estar permitido. Mentir se ha convertido en una práctica común, y los hechos se manipulan para servir a intereses particulares, incluso en acontecimientos de orden mundial. Esta manipulación, muchas veces ejercida por líderes que carecen de principios democráticos, pone en riesgo la libertad y la estabilidad social.

La pérdida de valores fundamentales, como el respeto, es uno de los síntomas más alarmantes de esta realidad. El respeto por quienes han demostrado sabiduría y equidad se ha desvanecido, y en su lugar se celebra la ignorancia y la superficialidad. En múltiples ocasiones, uno se siente fuera de lugar al presenciar cómo se aplauden afirmaciones vacías, carentes de mérito, simplemente porque se alinean con la opinión dominante.

Este fenómeno trasciende las redes sociales. Se manifiesta en todos los niveles: en sesiones políticas, en debates públicos, en conversaciones cotidianas. La mayoría impone su visión, aunque carezca de cultura o fundamentos sólidos. Hemos dejado de asombrarnos, de cuestionar, de aprender. Nos hemos aferrado al derecho de opinar sin asumir la responsabilidad de formarnos, de escuchar, de ser humildes ante el conocimiento.

Esta falta de reflexión nos acerca peligrosamente a los errores de civilizaciones pasadas. Si no establecemos filtros para la convivencia ni razones para analizar los fallos actuales, corremos el riesgo de perpetuar tragedias como la depresión y el suicidio juvenil, fenómenos que afectan a nuestros hijos, quienes representan el futuro. Sin ellos, no nos queda nada.

Vivimos con un miedo oculto, alimentado por noticias manipuladas que nos muestran una sociedad violenta y transgresora, donde el respeto ha perdido su lugar. Y sin respeto, no hay convivencia posible. El respeto es esencial para la seguridad en nuestras ciudades, en nuestras propiedades, en nuestros centros educativos y sanitarios. Rechazar a un compañero por prejuicios o diferencias es un acto que debe erradicarse. La convivencia no implica amistad, sino la capacidad de compartir espacios con dignidad y tolerancia.

No podemos quedarnos atrapados en las redes sociales sin evaluar su impacto en nuestro pensamiento. Es urgente analizar por qué recibimos ciertos mensajes, cómo se instalan en nuestra mente, y qué consecuencias tienen. Pensar es existir, y esa existencia debe ser activa, crítica y libre de violencia. Solo así podremos recuperar los peldaños tambaleantes de nuestra sociedad.

 

                                     

viernes, 24 de octubre de 2025

 


Campo de Criptana ha dedicado una de sus calles a Dolores Martínez de Madrid conocida popularmente como Lola Madrid. Mujer emprendedora en tiempos difíciles, pionera y empresaria además de un referente cultural, conocida fuera de la Villa de los molinos. Defensora del Patrimonio de los molinos y ultima molinera de Campo de Criptana. Impulsó y dio a conocer a través de la Asociación Hidalgos Amigos de los Molinos de la que fue su presidenta durante casi 50 años a la Villa de los molinos a España entera a través de la Semana Cervantina. Mujer admirada y respetada por personalidades españolas y extranjeras. Para mí, amiga querida, a la que llevo en los pliegues del alma.

Agradezco a las autoridades de Campo de Criptana, a su alcalde Santiago Lázaro, haberme invitado al acto y descubrimiento de la placa que cuenta su trayectoria humana para que las futuras generaciones la conozcan como símbolo de la mujer manchega y criptanense.

Para ella mi poema “Lola Madrid, Señora de los vientos” con toda mi admiración y cariño.

 


Lola Madrid, Señora de los Vientos

 

Desde aquel cinco de octubre de dos mil veinticuatro

los campos de la Mancha guardan silencio.

Se ha dormido la voz de una Dulcinea,

brava y tenaz,

que supo ser mujer cuando serlo era desafío.

El corazón, anegado de mosto,

llora su ausencia entre racimos vendimiados,

y por la hoja de ruta que trazó con su vida

la conocimos, la admiramos,

como se admira la arcilla que el tiempo

ha moldeado en los postigos de la existencia.

Tú, Lola Madrid, que fuiste crisol de Aldonzas y Dulcineas,

que en tu pecho albergaste la pasión

de siglos y molinos,

en tu Campo de Criptana naciste,

y allí gastaste tu vida

como quien gasta el alma en cada paso.

Señora de templos y de fervores,

de sueños que giran como aspas al viento,

mostraste al mundo entero

la nobleza de tus molinos

en la Semana Cervantina,

y nos enseñaste a mirar la Mancha

con ojos de eternidad.

¿Cómo no recordarte, Lola Madrid?

¿Cómo no rendirse ante tu estampa?

Mirando tus molinos,

sabemos que tú habitas en ellos,

que nos llamas desde su danza perpetua,

y nos congregas en la paz serrana

de tu tierra blanca y azul.

Entre los zócalos criptanenses,

ángeles del cielo juegan contigo al escondite,

y tú, molinera de los vientos siderales,

ríes con ellos, envuelta en luz.

Te escribo a ti, serrana inmortal,

para que otras generaciones te conozcan,

para que tu carácter legendario

sea testimonio y llama

de tantas mujeres de la Mancha,

de Criptana, de la vida.

Que cuando giren las aspas de tus molinos,

nos convoquen no solo al recuerdo,

sino a la acción,

y que tu coraje y perseverancia

sigan girando con ellas,

mostrándose al mundo entero

como legado de una mujer que fue viento,

raíz, y horizonte de esta tierra amada.

Se nos durmió en silencio,

llevándose en sus ojos

la mirada cálida de octubre, y el sabor de uvas en gozo,

vendimiadas con sus manos, con su temple

y su memoria, queda en la tierra su paso

y en el viento, el paso de su historia.

 

Natividad Cepeda

 


Campo de Criptana 18 de octubre de 2025: fecha en la que Campo de Criptana le dedica una calle con su nombra a Lola Madrid. Dios la tenga en su gloria.

martes, 14 de octubre de 2025

 


                               Donde la libertad no llega

 

En algún rincón del mundo, una mujer despierta sin saber que sus sueños están prohibidos. No por falta de deseo, sino porque la vida le ha negado el derecho a imaginarse libre. Y como ella, hay millones.

Más de dos mil millones de mujeres y niñas caminan cada día sin red que las sostenga. No tienen acceso a cuidados médicos, ni a pensiones, ni a una mano que las ampare cuando la vida se vuelve cuesta arriba. Viven al margen de los sistemas que prometen protección, como si su existencia fuera invisible.

Otras, más de trescientos millones, habitan la pobreza extrema como si fuera una condena heredada. No conocen otra forma de vida que la escasez, y en sus ojos se dibuja la resignación de quien ha aprendido a sobrevivir sin esperanza.


En los territorios donde la guerra es rutina, más de seiscientos millones de mujeres y niñas viven entre ruinas, desplazamientos y silencios impuestos. Allí, la libertad no es siquiera un susurro. Es un lujo que se perdió entre el estruendo de las bombas y el miedo que se instala en los cuerpos.

Y como si el mundo se cerrara aún más, tres de cada cuatro personas viven bajo regímenes que no permiten elegir, opinar ni disentir. En esos lugares, la voz de una mujer es apenas un eco que se desvanece antes de ser escuchado.

Estas cifras no son solo números. Son vidas. Son nombres que no conocemos, historias que no se cuentan, luchas que no se celebran. Son mujeres que merecen más que sobrevivir. Merecen vivir con dignidad, con derechos, con libertad.

Porque la libertad no debería ser un privilegio. Debería ser el punto de partida.

Y todos conocemos los países donde la libertad de la mujer no existe. No se nombran. Y debiéramos hacerlo para no olvidar lo que representan frente a nuestra cultura que presume de progreso y se calla ante esa abrumadora realidad.

 

                             


     Mi legado de octubre

 

¿Has visto cómo caen las hojas en octubre? No se precipitan. No. Se entregan al aire, se dejan mecer, como si supieran que el final también puede ser bello. Yo las observo cada mañana, cuando el mundo aún no ha despertado del todo, cuando el silencio pesa más que las palabras.

Pero luego llegan las noticias. Las voces, los gritos, las cifras. La guerra sigue. Allá, lejos… o no tanto. Y yo aquí, con esta hoja en la mano, mientras otros cercenan vidas como si fueran ramas secas.

Dicen que hay vencedores. ¿Vencedores de qué? De la barbarie, del odio, de la ignorancia. Las masas se dividen, opinan sin pensar, siguen a los señores de la guerra como si fueran profetas, y olvidan mirar con ojos limpios, con el alma abierta.

Yo nací en Occidente. Y al nacer, me dieron libertad. La libertad de pensar, de hablar, de vestir como quiero, de ser mujer sin pedir permiso.

Pero hay lugares donde eso es pecado. Donde ser mujer es una condena. Donde la libertad es un espejismo que se desvanece al amanecer.

Por eso estoy aquí. Por eso hablo. Porque quiero dejar un legado. No de riquezas, no de títulos. Sino de derecho. El derecho a vivir en libertad. A pensar sin miedo. A caer, como las hojas, con dignidad.

Que nadie nos robe eso. Ni hoy, ni nunca.

 

                                                                                         Natividad Cepeda

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 9 de octubre de 2025

Hermanamiento poético bajo el sol de octubre de Euskadi y Castilla-La Mancha

 


En un mundo marcado por fronteras físicas, ideológicas y lingüísticas, la poesía se alza como un lenguaje universal capaz de hermanar almas distantes.



Atardecidas tardes las de octubre poblado de sueve brisa cuando por nuestros cielos aparecen estrellas lejanas cruzando brillantes en la noche. A la orilla de pueblos y caminos aparece la tierra cultivada: en el llano manchego las ultimas vides esperando vendimia, apenas si quedan algunas cepas con carga de uva pues este año la cosecha ha sido corta y exigua- Dios nos valga proseguir amando nuestras viñas a pesar del descalabro continuo – El arado todavía no ha limpiado los terrenos segados de trigos y cebadas y se ven las alpacas de paja a la espera de ser guardadas. Un paisaje de olivos, almendros y pistachos nos aguarda para mirarlos desde la carretera junto a al azafrán y los abandonados melonares que este año han sido la ruina de muchas familias. Es así la permanente tierra cultivada a veces no siempre nos trae fortuna.

Tenemos en las manos memoria del pasado haciéndose historia de la tierra tan nuestra a la que amamos, amando las tardes por donde cruza el pájaro invisible del cansancio en estos jardines labriegos por donde resuenan nuestras voces cargadas de anhelos que en los labios se hacen poemas que respiran de tiempos pasados y presentes por entre las calles de aldeas y ciudades. Octubre en estos primeros días nos hermana con aquella tierra de Euskadi adonde estuvimos contemplado el río Nervión en Arrigorriaga y fuimos recibidos en la Casa de Cultura “Edurne Garitazelaia” por sus poetas y alcaldesa el pasado noviembre de 2024. El río Nervión la belleza del agua y el entorno de su plaza con los soportales y la iglesia de Santa María Magdalena, el rico yantar y la poesía de sus poetas junto a sus cantautores nos hermanaron bajo la fina lluvia de aquellos días inolvidables. Fluyen los recuerdos en tono a Bilbao y su ría del Nervión con sus puentes y el barco que la recorre, mientras el río busca el mar Cantábrico…Recordar el café Iruña, el Museo Guggenheim, las Torres de Isozaki e Iberdrola (la más alta del País Vasco) y las campanas de sus iglesia y catedral de Santiago que repicaban aquella tarde cuando nos despedíamos de la ciudad.



Fue un hermanamiento lleno de palabras y paisajes diferentes a los nuestros con anécdotas y las copiosas comidas y cenas servidas nos quedó la promesa de que nos devolverían la visita, y así con la certeza de que se cumpliría nos despedimos de cada poeta, quedaba Juan Camacho por Euskadi y Luis Díaz-Cacho por Castilla-La Mancha en hacer realidad ese encuentro que se ha cumplido bajo el aroma de la vendimia de octubre y los lugares recorridos por Ciudad Real y los bellos lugares de sus pueblos.

En una realidad marcada por desencuentros geográficos de fronteras ideológicas los poetas se unen en un hermanamiento poético para acercar la belleza del alma y la sensibilidad de sus creaciones para creer en la esperanza gracias a la cultura en ese patrimonio compartido de la poesía.

En un mundo marcado por fronteras físicas, ideológicas y lingüísticas, la poesía se alza como un lenguaje universal capaz de hermanar almas distantes. El hermanamiento poético no es simplemente un ejercicio de traducción o influencia mutua entre autores; es una comunión profunda entre sensibilidades que, aunque nacidas en geografías distintas, laten con ritmos similares. Es el reconocimiento de que el dolor, el amor, la esperanza y la belleza no pertenecen a una sola cultura, sino que son patrimonio compartido de la humanidad. Los poetas tienden puentes y hacen caminos que hermanan a través de los libros que leemos de poetas desaparecidos y de poetas actuales.



La poesía permanece en los libros y se hermana con los lectores cruzando edades y siglos sin muros ni fronteras, no es la nada es donde el corazón humano se refugia siendo soporte invisible para la vida. Dos recitales en octubre coordinados de nuevo por Luis Díaz -Cacho en Castilla-La Mancha y la de Euskadi por el poeta vasco-manchego Juan Camacho con el inestimable editor Julio Criado García piezas fundamentales de este hermanamiento. Devanamos palabras y tejemos libros de poemas con dos decenas de poetas y músicos consiguiendo ese equilibrio de soñar unidos en Aldea del Rey y en San Carlos del Valle. Los poetas castellanos-manchegos Elisabeth Porrero, Eloísa Pardo Castro, Jesús Lara Serrano, Juan José Guardia Polaino, Luis Díaz-Cacho Campillo, Luis Romero de Ávila Prieto, Marciano Sánchez, Natividad Cepeda, Teresa Sánchez Laguna y Vicente Castellanos. Y por los de Euskadi Cruz Cuesta, Florencio Moneo Martín, Idoia Carramiñana Miranda, Inma Díez, Jon Zelaia, Juan Camacho y Santiago Liberal; en este grupo participa el poeta catalán de origen manchego, Jesús Sánchez Rivas; y Juan Pedro Carrasco y Yolanda Jiménez García de la comunidad de Madrid. En la música Vicente Castellanos, y por vídeo el buen hacer del cantautor vasco Iñaki Basabe.

Desde lo remoto viene el estremecimiento poético lavando las heridas de antiguos estigmas, quitando miserias y temores que el viento propaga en las voces de cada poeta que escribe desde la libertad de la palabra. No la perdamos nunca, no la prostituyamos, porque de hacerlo no habría poesía.

 

Natividad Cepeda

jueves, 2 de octubre de 2025

Miedo y terror humano en guerra

 


Pido, luz para caminar por la vida sin dañar a los que me acompañan en esta travesía. Luz para evitar la oscuridad del egoísmo y la brutalidad inhumana de las guerras de hoy en Ucrania por la invasión rusa, en Israel por el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023 empezando así el conflicto entre Israel y Palestina y la continua catástrofe humanitaria.  Pido luz para la República Democrática del Congo donde se asesinan a cristianos sin que nadie lo denuncie.  Guerra civil en Siria, en Yemen, en la región del Sahel… Entre otros conflictos por el crimen organizado en diferentes países de América latina en Haití, Colombia y México…Pido luz para Europa y que termine la guerra en nuestro suelo porque Ucrania es Europa.

 

Miedo y terror humano en guerra

 

Guerra,

             te nombro y mis silabas

se hunden en la nada; y en lo más profundo

se evaporan en el calor de mi garganta

y se ahogan en un cáliz de impotencia.

Guerra,

             rosa de metralla y pecado

de quienes te gobiernan y sostienen

envueltos en ese dolor contrito

y profundo del pueblo masacrado.

Guerra,


              profana palabra y templo de terror

abundante de llanto y exterminio

el semblante de tus hijos inmolados

por un precipicio de salvaje odio.

Guerra,

                  escribo mis palabras y en vano sé

que no sirven de nada y te invoco para que termines

con lágrimas y elevo mi oración en las huellas

de todos los semblantes hambrientos y mutilados

exhalando estertores de muerte y desamparo.

Guerra,

               guerra, miedo y terror humano en todas las guerras.

¿Hasta cuándo?

                                SI, hasta cuando dejaremos de matarnos.

 

 

 


 Poema © Natividad Cepeda. Fotografías de la web

 

 

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Septiembre

 

   


 

 

Amo las tardes doradas de septiembre

igual que amo al hombre que me habita.

 

Amo las alas del último suspiro del verano

que navega en el sol de cada tarde.

 

Como amo el aroma de las uvas maduras

que al morderlas me saben al primer beso.

 

Y no quiero dejar de sentir el placer

de recuerdos lejanos que me hicieron mujer.

 

Septiembre es membrillo maduro

y dulzor de mosto cayendo por mis labios.

 

Sabed que en los atardeceres navega

por el aire el sonido de la voz de mi amado.

 

No penséis que estoy loca por amar

al mismo hombre de todos mis septiembres.

 

Al atardecer por él soy remanso de silencio

y amor derramado en el ocaso del atardecer.

 

Natividad Cepeda

 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Ucrania es Europa

 



 

Ucrania,

                  Ucrania se desangra

y es vaga la certeza de que esa guerra

es un trozo de Europa.

Y se encharca la tierra de sangre

y no contamos los civiles muertos

ni los miles de soldados silenciados.

Desaparecen niños

                              entre bombas

y estruendo y no hay un grito

de protesta por tanto llanto ignorado.

Ucrania


              está menguada de ayuda

y de fuerza y el tiempo de batalla

y defensa ha dejado ceniza en sus ciudades.

Su defensa por quien fue atacada

es una herida enconada en su piel

rajada y no nos duele y seguimos

callados frente a la desesperada lucha

de un pueblo avasallado.


                                 Por gozne de codicia

Ucrania es atacada y nosotros deberíamos

temer al atacante. Europa es nuestra casa

y es occidente civilizador con la cruz

como símbolo de unidad.

                                          Ucrania somos

todos los que amamos la democracia,

no lo olvidemos; Ucrania es Europa.

 


Natividad Cepeda