Natividad Cepeda Serrano: “Escribir poesía es
intimista y difícil porque es lo más profundo y bello de la literatura”
Publicado el 13 de octubre de 2022
No es tarea fácil resumir un currículo tan
amplio como el de Natividad, aún más complejo es resumir en unas líneas su
personalidad, su creatividad y su humanidad que sobresale cuando conversas tan
solo unos minutos con ella. A Natividad le gusta ser de Tomelloso, donde
encuentra gran parte de su inspiración “Veo el tiempo, las colinas y valles /
perladas de belleza, las extensas llanuras / plantadas de viñedos, el sol
alumbrando / besanas de trigales, las casas de los pueblos…”.
Natividad Cepeda. Tomelloso (Ciudad Real).
Narradora, poeta, articulista y ensayista, su obra está incluida en numerosas
antologías y revistas literarias. Figura en la lista de escritoras españolas y
pertenece a la Academia de la Hispanidad. Colabora con la Real Academia de la
Historia y es miembro de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles,
vicepresidenta de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de
Castilla-La Mancha, entre otros colectivos literarios. Además de ser ponente y
coordinadora en congresos de escritores. Su obra se puede encontrar en más de
una veintena de libros y ha sido premiada en multitud de ocasiones, además de
tomar parte en una buena cantidad de actividades culturales.
En nuestra entrevista
vamos a conocer un poco más íntimamente a Natividad Cepeda,
quien desvelará su infancia, sus anhelos, su amor por todo, pero especialmente
por la vida y “todo cuanto supone vivir y hacer vivir en paz y armonía a los
que amo y me aman”, ya que, Natividad, nació
rodeada de amor y sabe transmitirlo a los que la rodean, para ella la vida es
un regalo sagrado y lo vive con intensidad.
Si le parece, comenzamos nuestra
conversación por su infancia. Háblenos de esa etapa.
Nací rodeada de amor de dos familias que
esperaban el primer nieto y les nació una niña. (Rebelde desde el principio) El
problema surgió al tener que ponerme un nombre femenino. Mi padre lo solucionó
salomónicamente anunciando que se me bautizaría con el nombre del Santo del
día: 8 de septiembre la natividad de la Virgen María. Y como todos eran
creyentes se aceptó. Y casualmente ese día había sido el elegido por mis
abuelos paternos para el día de su boda. Crecí escuchando a mis maravillosos
abuelos y abuelas, multiplicados por tener tías abuelas solteras y dos
bisabuelas que me dejaron un legado de amor y de sapiencia, fundamentado en el
respeto con honestidad y en el trabajo honrado junto a la tolerancia para la
convivencia. No me faltaron juguetes, cuentos y libros gracias al trabajo
emprendedor de mis padres.
¿Qué persigue ahora?
No defraudar a los que me dejaron aquel legado de mi infancia y poder
trasmitir a los que me rodean algo de lo que ellos me enseñaron.
¿Qué ama más?
La vida, y con ella y en ella, todo cuanto supone vivir y hacer vivir en
paz y armonía a los que amo y me aman.
¿Cómo le cogió el gusto a la poesía? ¿Por
qué escribe?
Escribía desde niña porque era fácil soñar y mostrarlos en los cuadernos
del colegio. Escribir poesía es intimista y difícil porque es lo más profundo y
bello de la literatura. Es mi búsqueda trascendente del humanismo para
encontrar la espiritualidad dentro de la cultura recibida que me modela y
limita.
¿En qué cosas está más cerca y en qué cosas
está más lejos del poeta que era de joven?
Saber que la profundidad poética es un ideal no conseguido siempre. Y
sentir el desencanto al comprobar que no todo es poesía, aunque se publiquen
libros de poemas.
¿Qué dimensión le da la poesía al ser
humano?
El encuentro con uno mismo y con el Tú profundo de las huellas del cosmos.
Usted va a participar en el próximo
encuentro de poetas cuyo lema es Palabras a la muerte. Antes de este encuentro,
¿se colaba la muerte en sus poemas?
¿Cómo no? La muerte va unida a la vida. Es la luz que agoniza en tinieblas
si nos falta luz para la vida.
¿Se siente más cerca de la muerte o de la
infancia?
Pues para mí van unidas aprendí de mi madre que la vida es plenitud hacía
la eternidad. Me lo enseñó rezando cada noche al ir a dormir y en cada amanecer
al mirar en el cielo al lucero del alba en el sendero azul de la madrugada.
¿Qué es para usted la vida?
Un regalo sagrado. Agradezco mi existencia a Dios y todas las vidas
que me ha dado a conocer. No quiero despojarme ni renunciar al refugio que es
el amor que he recibido y recibo. Porque es un bien imperecedero en el que me
cobijo para seguir viviendo.
¿Qué es para usted la muerte?
El reposo de la materia. Donde el Eterno aguarda. Un cruce de caminos, un
ara, un suspiro, un encuentro. Un círculo, llamado Eternidad.
¿Qué le duele más de la muerte?
Perder a los que he amado. Sentir la nostalgia de su ausencia. Y así le
hablé a mi padre en su muerte. “Te dormiste/ y con ese dolor
carente de palabras/ me despedí cuando brotaban lirios en abril./ Se me enredan
recuerdos, casas vacías donde habité contigo… / y como Cristo, cuando expiró en
su cruz,/ te llamo papá, sin voz y sin lamentos/ / buscando la fuente de
mi infancia que ya no volverá/ Te dormiste/ y como si tú fueras el viento,/
alzaste el vuelo con tu fe hacia Dios./ te despedí en abril y nunca me has
dejado.”
Soy melancolía de otoño humedecida
entre lirios morados y lluvias inmortales
cuajadas de fragancias de rituales mágicos.
Exhalo el sufrimiento de existir y morir
como higuera que
brota con esperanza
de volver a recibir
el sol en las mañanas.
Fragmento del poema "Lamparillas de aceite para alumbrar caminos" publicado en el libro "Palabras a la muerte"
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