Llovía
cuando entramos a ver la exposición fotográfica de “Poetas con Luz Ambiente”
del fotógrafo Pepe J. Galanes, en la sala de abajo, de la Posada de los
Portales de Tomelloso. Eran las primeras
horas de una tarde de sábado y en la plaza desierta había silencio y calma
alrededor de los innumerables motivos navideños. Adentro los rostros de los
poetas fotografiados parecían dialogar
entre ellos desde sus miradas diferentes captadas por la maestría del fotógrafo
Pepe J. Galanes.
Empecé
a recorrer cada rostro detenido en el
tiempo de ese momento único de la cámara fotográfica y el fotógrafo. Muchos de
esos rostros son conocidos, amigos, algunos, y los menos solo conocidos por su
nombre y su obra. Contemplando esas obras artísticas plasmadas con el afán de perpetuar esas vidas
reconocidas como poetas y su concepto de porqué lo son. Al amparo de los viejos
muros de la antigua posada no pude evitar pensar en todos aquellos que antaño
pasaron a esa estancia y de los que nada sabemos. Presentí que muchas de esas
huellas de los poetas se perderán en la extrema voracidad del tiempo.
Detenida
enfrente de mi propia fotografía sonreí
recordando lo que le dije a Pepe J. Galanes cuando después de la sesión fotográfica
eligió la fotografía hecha en mi cocina. Lo supe cuando me la hizo, divertida
ante esa petición, mientras me apoyaba en la silla y pensaba que no habría
ninguna otra fotografía tan inadecuada para mostrar a una poeta. Aquello
sucedió una hermosa mañana de septiembre cuando por el horizonte se empezaba a
asomar octubre y en las bodegas el vino fermentaba. Lo cierto es que mientras
dialogábamos y Pepe recorría mi casa, al llegar a la cocina, no oculté que me
encantaba cocinar, y que en esa cocina han comido viandas, mi familia, por
supuesto, y muchos otros nombres conocidos en el panorama artístico provincial
y nacional. Y porque creo que la vida de
un poeta es evidente que se nutre de todo lo que en su vida acontece, desde lo
rutinario hasta su proceder en su vida y en la sociedad de la que forma parte.
La
poesía y los poetas son vestigio y
rastro de su época, a pesar de ser muchos y escasamente los elegidos en los
círculos donde los mecenas los cuidan y muestran. Es por ello importante esta
muestra itinerante por los pueblos propiciada por las Universidades Populares.
Tomelloso hace el número 23 de las poblaciones
de la exposición “Poetas con Luz Ambiente” y sus cincuenta fotografías,
junto al texto escrito de lo que hombres y mujeres sobre el porqué escriben
poesía. Interesante lo que cada uno de ellos
dicen de sí mismos.
Hay
que agradecer la idea de esta exposición a Pepe J. Galanes por su iniciativa y
se define: “Poetas con Luz Ambiente, es
un documento gráfico de los poetas de Ciudad Real en su espacio creativo, bajo
una misma línea editorial; la percepción de un solo fotógrafo.” “ Un número
amplio, pero que no recoge a todos los poetas de Ciudad Real, alguien dijo: “ni
son todos los que están, ni están todos los que son”.
Perdurar
es un pensamiento humano ante lo limitado de la vida por lo que la fotografía
nos regala imágenes del pasado admiradas en el presente y también en un futuro.
Pepe
J. Galanes reconoce que la
experiencia en general ha sido muy
positiva al haberle permitido una
experiencia de conocimientos del mundo de la poesía en Ciudad real. Eso sí,
intentando dejar claro, que es un proyecto fotográfico y no una antología. Siente
la pena de que 12 retratos se hayan quedado fuera del proyecto.
Lugares,
nombres, palabras y miradas de un grupo humano que a pesar de las dificultades
artísticas y literarias siguen creando
belleza escrita y fotográfica desde la
exposición, “Poetas con Luz Ambiente”,
también en los días navideños.
Natividad Cepeda
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