martes, 1 de noviembre de 2016

Poesía con música y fondo de café y copa


Cuando llegué la sala estaba con escasos parroquianos entre sus paredes, las mesas dispuestas, rodeadas de sillas a la espera de que fueran ocupadas. La sala es alargada con una tenue luz que invita a dejarse envolver en su penumbra. La barra ocupa casi toda la longitud de una pared y el que sirve es discreto y amable, conocedor de su cometido. Al fondo hay preparado un pequeño escenario que espera a los artistas, discreto igual que el barman. Si la puerta de la entrada está cerrada, hasta su interior no llegan los ruidos de la calle. Todo es envolvente e íntimo sin llegar a asfixiar.  Cuando llego faltan quince minutos para que empiece el recital poético pero intuyo que por el escaso público se empezará mucho después. Saludo a algunos conocidos, elijo una mesa y con mi vaso alto lleno de bebida sin alcohol, me siento a esperar.
El tiempo me lo voy bebiendo a pequeños sorbos a la espera de que empiece el espectáculo. Con una hora casi de retraso, la presentadora se dirige al pequeño escenario y presenta coloquialmente en lo que va a consistir. La sala se ha llenado casi en su totalidad. Las notas musicales se esparcen desde la pianola sutilmente gracias a la pianista, escucho como se desgranan los versos uno a uno, intento dejarme llevar por la emoción de la música y la palabra, me evado de los murmullos que a mi alrededor me envuelven.
Termina el poema y estallan los aplausos: aplaudo. De nuevo la música comienza y el poema se hace presente desde los labios de quien lee y recita, termina y aplaudimos. En la barra la gente habla, también hablan en las mesas de al lado. Continuamente hay trasiego de unos que van y otros que vienen. Siguen las presentaciones y la interrupción de cuando termina un poema el aplauso desganado del público. Si tener que esforzarme veo que no todos aplauden, y tampoco escuchan los poemas un número elevado.
El murmullo también es música de fondo y de pronto el ruido de la cafetera es tan elevado que apenas si el poema es legible, la voz que lee y recita se calla,  nos dice que esperará a que termine el ruido procedente de la barra, y continua.  
Así se suceden los minutos entre música, poemas, presentaciones, aplausos,  café y copa, entradas y salidas  continuadas de la gente. El espectáculo no resulta tedioso por la vida que bulle y no cesa, aunque si hubiera preguntado que poema o poemas llegaron al alma y sacudieron las fibras de emoción, no creo que hubiera obtenido muchas respuestas sinceras. Pienso, mientras miro mi vaso vacío, que la sala y yo somos los únicos seres que no comprendemos como se puede asistir para no escuchar a los artistas. Cuando el último poema finaliza me levanto y me marcho.
He leído algunas crónicas publicadas en presa digital y de papel sobre este encuentro poético y me admira cuanto se puede escribir de aquella noche. No es la primera vez que he asistido a escuchar a poetas leer en un  locales similares, lo que me admira y sorprende es que se diga que allí se escuchó poesía. Soy exigente, sobre todo cuando la belleza artística es mostrada y no es respetada, ya sé que en los datos biográficos de todos los que actuaron se escribirá el éxito obtenido, y también que nadie osará poner cascabel a ese gato por aquello de ser políticamente correctos.
Cuando asisto a estos eventos y leo posteriormente lo que se escribe de ellos, no puedo evitar pensar en lo deprimente que es afirmar lo que no existió. Todo es válido. Todo es exitoso y engordamos las vanidades hasta creer que la poesía hay que servirla en zapatillas de andar por casa.


                                                                                                                         Natividad Cepeda


                  Arte digital: N Cepeda




4 comentarios:

  1. Natividad, preciosa crónica sin nombres, para entendidos. mejor para un entendido y varias entendidas. casi todas amigas. buenas amigas. Estoy contigo. Elegantemente clara. La gente debe respetar la poesía y los poetas también. los primeros.

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  2. Natividad, preciosa crónica sin nombres, para entendidos. mejor para un entendido y varias entendidas. casi todas amigas. buenas amigas. Estoy contigo. Elegantemente clara. La gente debe respetar la poesía y los poetas también. los primeros.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Gracias: a veces me siento sola en medio de todos por no compartir esa euforia irreal. La poesía debería ser mucho más valorada y respetada en todos los ámbitos.

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