lunes, 7 de noviembre de 2016

Los intocables del poder globalizado


Escucho desde antes de amanecer los programas radiofónicos, alterno tres o cuatro emisoras por aquello de constatar vestigios de pura realidad al margen de quien paga y sostiene las emisoras. Y después, hay mañanas que he de salir a efectuar el trueque de lo necesario para vivir. Entro en tiendas, a veces a ese comercio pequeño tan vapuleado y exprimido con impuestos abusivos por parte de los diferentes gobiernos que se han sucedido de los partidos PP y PSOE, especializados en sacar dinero al empresario autónomo sin misericordia ni medida alguna, tanto que en las últimas décadas se han ido cerrando pequeños negocios familiares por impedirles poder subsistir. Y esta sangría continua a pesar de los eufemismos publicitarios en ese animar a ser autónomos en áreas agrícolas y comerciales de cualquier producto y oficio.
Lo mismo ocurre por todas partes pues en todas las ciudades grandes y pequeñas de España se ven carteles anunciando ventas se venden casas nuevas y viejas, tierras y naves, solares y locales comerciales, muebles, ropas, periódicos, juguetes, libros…. ¿Libros? Sí, tal cantidad es ofrecida a las tiendas de segunda mano que ya no pueden comprar tanta oferta ofrecida de libros. Bibliotecas enteras heredadas por hijos, sobrinos y cualquier familiar para los que los libros, son rémoras.   
Esto no sólo me lo cuenta y escucho, lo compruebo al ir a buscar y comprar en tiendas de libros viejos como se encuentran verdaderas joyas hasta de incunables. y me sube una congoja desde el corazón a la garganta dejando lagos húmedos en mis ojos.
Y parece que todo sigue igual porque el futbol, rey en todos los lugares de mi España, suma programaciones y escaparates mediáticos y cantidades desorbitadas pagadas a jugadores y se llenan los estadios. Me pregunto: y se preguntan otros muchos como yo, ¿de dónde sale ese dinero. Esos millones de euros cuando nos faltan para lo estrictamente necesario?  Se alterna el poder con la pobreza y el triunfalismo de la insensatez con el desencanto instalado en muchos sectores de la vida española y europea.
Sin embargo a ese rumor de marabunta que crece y crece no se le da la importancia que tiene en realidad. La gente presume de respetar al otro, y no es verdad.   Los que se postulan de izquierdas para conseguir poder, acusan a los otros de imperialistas, obviando el lado terriblemente oscuro de los millones de muertos que ha dejado el comunismo en su Historia y deja actualmente donde existe. Y hay sucursales de retazos, de apenas unas décadas de ese horror  y ausencia de libertad en los restos del muro de Berlín.  
Los que  se postulan de derechas  no prohíben, cierto que tenemos libertad, tanta libertad que las multinacionales  se tragan las economías familiares y los impuestos que ellas no tienen son los que gravan a esos  autónomos esgrimidos hasta el exterminio por partidos de izquierdas y de derechas. Hipocresía de ambos lados, sin otros campeones  que el engaño y el poder  de encantador fullero, que acampan junto a los picaros del mundo globalizado y sin escrúpulos.
A bordo de es navío viajamos todos con sublevaciones mediocres o sublevaciones malvadas donde se enarbolan banderas dialécticas en favor de los desheredados de la tierra para subir sobre sus espaladas los que claman una justicia en la que no creen.  
¿Empleo público? Sí. ¿De dónde saldrá ese impuesto? otro engaño insostenible. Y además en ese empleo público se exige trabajar como es debido. Pregunten, a los que ven a los trabajadores por calles, plazas y parques como se hace ese trabajo a la comunidad. Vergonzoso, pero nadie lo denunciará por miedo a  represalias posteriores urdidas con maquiavélicos manejos sórdidos  desde el poder otorgado por las urnas. En la calle se ve de todo y se escucha lo que no dicen los programas de radio, televisión y periódicos. La calle todavía tiene algo de natural libertad cuando nadie grava a los ciudadanos adormecidos y manipulados. Todo lo expuesto lo he vivido y oído en la calle.

                                                                                                                              Natividad Cepeda

Arte digital: N Cepeda

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