El sufrimiento de esos miles de personas
no nos compete.
Nuestros dramas cuentan, los
otros dramas quedan lejos. Ahora no tanto cuando por la calle nos cruzamos con
hombres y mujeres negros. Hombres en un número elevado, solos. Peligrosamente
unidos en pandillas al ir a aparcar el coche en la playa o en las estaciones… La crisis nos ha enfrentado al renuncio
obligado de vacaciones y a caprichos innecesarios, pero los que aún se lo
permiten temen, sí, temen a estas pandillas de guarda-coches extraoficiales porque
en ocasiones no son amables.
La abundancia crea unos problemas y la miseria otros. La sinrazón de la abundancia vacuna contra los jinetes del apocalipsis que cabalgan sobre la desventura de los pueblos, en unos seres que
no han cometido unos pecados que ser pobres negros y explotados por unos y otros.
la abundancia es un monstruo
inmisericorde que engulle desde el egoísmo, toda acción
humanitaria.
Todos ellos los muertos y enfermos, heridos y hambrientos no venden exclusivos, no llenan estadios de fútbol, ni son
aclamados después de una vuelta ciclista. No tienen vida suficiente para
sufrir depresiones. Y si las sufren no nos interesa. Por si todo esto no es
suficiente, tampoco tienen camas en las dependencias de los hospitales. No
saben lo que significa la palabra crisis, porque la muerte los atrapa y todo lo
demás sobra.
Cuando me preguntan de qué
escribo y les digo que de la sequía o de lo que veo y vivo, la gente, mi gente
de la que yo formo parte se ríen y me preguntan, ¿pero eso le interesa a
alguien?, ¿tú crees que interesa leerlo? Posiblemente no sea un tema del
verano, o quizá yo me sienta culpable y los demás, no.
No siempre la razón actúa para
hacer razonar a los gobernantes. Y para desgracia nuestra en el barco de la tierra viajamos todos.
Miramos el mar a solas y nos parece
inmenso y bello. No es tan hermoso cuando desde una barca o patera se tiran al mar
cuerpos sin vida. Y yo me pregunto, y muchos otros también, quien parará esta colonización europea? Me lo
pregunto sobre todo porque en demasiados pueblos de Europa la llegada masiva de
emigrantes es demasiado para ellos, y para los que llegaron con el sueño de Europa
en sus ojos. El presente es opaco y hasta cruel, más, el futuro es un enigma difícil
de resolver.
Natividad Cepeda
Arte digital: N. Cepeda
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