Con el título
“Palabra de Quijote” se acerca al lector a un libro excelente en el VI
Encuentro Oretania de Poetas, mostrando en esta nueva publicación el Grupo
Oretania un ideal manifiesto por acercar al público, a través de los versos de
los poetas, las emociones que en este libro se une y dan cita. Argumento que
prueba que a pesar de las dificultades actuales
en la publicación de libros de poesía, que el ideal quijotesco abunda en los que iniciaron este proyecto;
Grupo de Comunicación Oretania, con Julio Criado García en la dirección
Editorial y su Coordinador, el escritor
Luis Díaz-Cacho Campillo: a todos ellos mi gratitud por su inclinación y
entrega a este proyecto literario.
La obra cumbre en idioma español, no cabe duda alguna, que
es El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de
la Mancha, compuesta por Miguel de Cervantes Saavedra desde su publicación en
un lejano año de 1605 por el impresor Juan de la Cuesta y a cargo del
librero-editor Francisco de Robles, dedicada por el autor al duque de Bejar, ha sido- y es- origen de numerosas obras literarias de toda
índole, poéticas, de ensayo, teatrales y llevada al cine y a la televisión en
variadas versiones internacionales. Obra literaria que desde su publicación fue
acogida por el público y denostada por escritores de valorada reputación de esa
época.
Pero la pasión poética y los poetas a pesar del tiempo
transcurrido es parecido el concepto que se tiene de ellos, y se tenía, y así
nos lo muestra Miguel de Cervantes en el capítulo VI de la primera parte,
cuando en el escrutinio de la quema de los libros, el cura quiere salvar de la
pira funeraria los libros pequeños de poesía, y la sobrina, entre otras razones,
termina diciendo que, no vaya a leerlos su tío y se haga poeta “que según dicen, es enfermedad incurable y
pegadiza” Efectivamente la poesía
trastorna y revuelve los sentimientos, e incluso descabalga la mentira,
quitando caretas que cubren las miserias
de los poderosos de la tierra.
Palabra de Quijote, une a dieciocho poetas, diferentes en
sus composiciones y métricas, y a la vez, unidos por el espíritu idealista,
ensoñador y romántico que en este libro de poemas, al igual que ocurre en la
novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, en las metáforas de los
autores subyace la búsqueda de la
justicia, la libertad, el amor y la
verdad entroncado en el paisaje manchego, austero y bello, misterioso y seco,
lagunar y sediento. Sin escapar del
momento social que viven los autores
dejando en los poemas la esencia
personal de cada uno de ellos. Porque la literatura es un espejo adonde
mirar para ver las sociedades humanas y comparar errores y aciertos que se
repiten excesivamente en el devenir humano. Por ese discurrir volvemos al héroe manchego universal, y a su deseo vehemente de
justicia, encontrando en ese viaje desventuras propias y ajenas. Tras esa
problemática tácita, la poesía busca y clama
en los poemas los infortunios de hoy, provocando los versos de este
libro posicionamientos encontrados, y a la vez, coincidentes con el personaje
quijotesco de elevadas miras, ante la desvalidez social y humana, maquillando
con la poesía lo descompuesto y feo de las crisis que nos hunden el alma en la
desolación. Porque los versos son el arnés del espíritu y los poetas quienes
nos atan a la poesía.
Palabras testimoniales hay en cada uno de los poemas de este
libro, generadoras de fuerza, exentas de hipocresía. Dolorosas unas, amatorias
otras. Todas ellas recorren con su música de palabras las páginas del libro.
Porque si la poesía se petrifica carece de fortaleza. Y si
los poetas no agitan con sus versos a sus contemporáneos, y a los que les preceden,
entonces la poesía dejara de existir. No otro mandato contiene en su génesis la
palabra poética, encadenada al devenir, sin pausa y sin miedos. Sin temor a ese monólogo, que es todo poema.
Porque desnudez, es lo que hay del poeta, en cada verso. Y no cabe pensar de otra manera cuando
la palabra versificada va bautizada de Quijote: emblema de una existencia, la
de Miguel de Cervantes, y también de todos los que nos sentimos quijotes.
Antepuesto a los poemas de esta obra escribo y reflexiono
sobre los temas que en ella convergen buscando la redención de Quijote con Ángel Díaz Peña cuando asegura: Después de haber vencido/en algunas batallas,
/él habita la derrota/por no haber conseguido/el combate más preciado: Y Elisabeth Porrero Mozmediano le escribe
enamorada: Te imagino,/tecleando el AMOR
con Dulcinea,/escribiéndole versos,/en la tablet o el móvil,/y surcando
pantallas. Mientras Eugenio Arce
Lérida
pide: Que venga Don Quijote, el Valeroso, /que presto está mi
ánimo y mi pluma/ para evitar que caigan,/en el ancho desván de los olvidos,/todas
las aventuras que supongan: Asegurando
Jerónimo Calero Calero: Así empezó la historia inacabada/ de un
rapto de locura/ y se hicieron leyenda los agrestes/ parajes de la Mancha.../ Aún
siguen aguardando las posadas. Y clama José
Luis Morales: Son palabras heridas, /vienen
directamente de la sangre,/ vuelven turbio el espejo donde se peinan, cantan/una
canción tan dura/ que estuviera pautada en pedernal de trillo. Y afirma
contundente José María González Ortega: Escribir es vivir, soñar despiertos,/aprender a volar sin
tener alas./ (Recuperar los días consumidos,/ separados de cosas esenciales.)/ Escribir
es amor, sembrar estrellas... Confesando
Juan José Guardia Polaino : Todos, y el estrafalario;
todos en girándula,/loco, hidalgos y villanos./ Yo estoy en paz contigo, don
Quijote,/ en la ruina y tras la gloria en tu batalla;/ mi fiebre busca tu flaca
cordura. A Luis
Díaz-Cacho Campillo lo enseñó: Me enseñaste a soñar/ cada alborada,/ -Caballero de sol/ de
esta vieja llanura-./ A buscar la verdad/ del que añora sincero/ en la alforja
de paz/ encontrar la utopía. Mientras
sueña Luis Romero de Ávila: Se recrea mi amor junto a tu amor en un
proceso/ de luna llena que dejó su beso/ en tu boca que busca y que desea/ mis
labios. Hoy ya sabes que un te quiero/ recorre día a día este sendero. Superando
obstáculos Manuel Laespada Vizcaino: Se
remonta su origen al arcano/ y es su razón de ser las sinrazones/ pues rechazan
la luz de abracadabras./ Los refranes nos toman de la mano/ llevándonos a
doctas conclusiones:
Llevando a Manuel
Muñoz Moreno a recordar: La infancia
es ahora un caserón en ruinas,/ aquellos
años descampados eriales/ que han
dado lugar a más eriales/ descampados
de recuerdos, marchitos/ de
enseñanzas, vacíos de palabras. Y a enhebrar a María José García Bolós: Y en un lugar de mi Mancha,/ cuyo
nombre me trae recuerdos de infancia,/ mi
loco amigo sueña despierto/ entre
libros y alboradas;/ los monstruos de
la razón. María José López Lara mira
y remueve: Así, en el rescoldo del alma/se
atizará la esperanza/ y en el hogar
donde Alonso sestea/ despertará Don
Quijote/ ardiente de rabia y valor.
Sigue afirmando Nicolás del Hierro: La palabra empeñada y el
Hidalgo/ vencido,
cumplirá su promesa:/ será su casa el
claustro y espera su sentido;/ dolor
será la senda, ya mordida/ por
punzantes y tórridas aulagas. En tanto Nieves
Fernández Rodríguez romancea: se hará
rico en cuerpo y alma/ como el mejor
caballero/ a quien compaña y aclama,/
como el mejor escudero/ que cabalga por La Mancha. Pilar Serrano de Menchén sin dilación
describe: bajo el instante dulce que su
cansancio sabe. / En su imagen un
hombre que busca su camino, / un
latido de fe su semilla sembrando./ Y
una seña cabal: sobre estrellas su cosmos/ o un corazón en cruz amando lo que sueña. Y en oración profana Presentación Pérez González evoca: solitarios
rodeos del desvelo. / Y al percibir
el aura de tus manos,/ prodigio de
llanura sin mordazas,/ se me vuelve
fervor cada camino/ donde mis miedos
quedan derrotados. Y en dádiva de amor Teresa
Sánchez Laguna pide: Si pudieras…/
Si pudieras desposar con tu anhelo/ el dulce nombre a tu vigor rendido, / si pudieras ser verbo de su celo/ y entregarle tu corazón transido.
Imágenes y metáforas a las que les da vida la palabra
escrita Poesía sin otra moneda ni atadura que el don de la creación. Literatura
que permanecerá en los anaqueles de bibliotecas públicas y privadas. Es posible
que algunos de estos libros, con el paso del tiempo, se vendan en los puestos
callejeros de libros viejos y usados, adonde
peregrino para encontrar esos libros que me siguen interesando aunque no
estén en las listas de los más vendidos. Porque la belleza poética jamás perece.
Natividad Cepeda
Arte digital N. Cepeda
Fotografías: Julio Criado
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