Amanecía
el dieciséis de julio cuando Ezequiel Cano López se elevó hacia el cielo azul manchego: ese
cielo que él plasmó en sus cuadros con la calima y el oro de los campos
segados. La muerte es el vientre donde dormimos cuando somos llamados y a los
que quedamos nos golpean lágrimas de tristeza en los ríos ocultos del corazón.
Cuando ocurre se me enredan las vivencias y en tropel viene los recuerdos como en
una película íntima y bajo ese adiós no
hay olvido porque la vida está llena de cosechas de amigos.
El
pintor Ezequiel Cano López atesoraba en sí mismo la timidez de los creadores
que buscan la verdad en lo que sienten. En su estudio, situado en la altura de
su casa, al estilo de las buhardillas de antaño, dibujaba y pintaba ensimismado
en esa pasión que aísla al artista y lo deja sumido en soledad. Fiel a ese latido de la iluminación artística que no todos
tienen. Por esa cualidad sus cuadros al contemplarlos trasmiten serenidad y
paz. Es la paz que tenía cuando sonreía y hablaba con amor de sus obras
pictóricas. Se le iluminaba el rostro al mostrar las obras inacabadas y los
proyectos que soñaba en realizar. Era su batalla, su existir, su credo y su fe
trazado en ese destino que le situó en Tomelloso al amparo de la tierra del
campo y de sus frutos.
Artista
autodidacta sin formación reglada y buscador de ese aprendizaje que no le dio
las Bellas Artes oficiales pero que él aprendió con el tesón de quien nace con
ese don, que no puede dar nadie nada más que Dios. Ese don con el que se nace y
crece hasta tener que sacarlo de las
entrañas para mostrarlo con los pinceles. Recuerdo un anochecer que llegó a
casa con unos dibujos maravillosos a color que me fue mostrando y que eran los
bocetos que haría para la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
de
Miguelturra, encargados por el entonces párroco don Esaú de María Díaz Ramírez,
con los lunetos de la Creación de la
tierra, del sol la luna y las estrellas, de los animales y de la
mujer y el hombre… Hubo otros anocheceres dialogando con los proyectos de la decoración
del santuario de Pinilla y la Virgen de las Viñas…Y los niños
y el paisaje tan característicos de Ezequiel.
Se
quedó aparcada la exposición individual
en la Semana Cervantina de Campo de Criptana a causa de la pandemia del
Covid19. Una exposición que hubiera encantado a los criptanenses por ser
pintura representativa manchega en su totalidad. Pero ocurre que hay demasiadas
veces que nuestros artistas plásticos y literarios no tienen cabida en los
eventos de nuestros pueblos y ciudades. Gira el tiempo y nos queda la obra de
un pintor que todos admiramos porque la comprendemos. Igual que admiramos y
comprendemos la obra de Antonio López Torres, de quien Ezequiel Cano López era
seguidor y discípulo. Y no es cuestión de agrupar premios y prestigios para
ensalzar la obra de un artista; no lo es porque
la fortuna de premios y prebendas en demasiadas ocasiones está
manipulada. La travesía artística de Ezequiel es belleza que emociona a la
mayoría que la contempla porque nació de
su alma.
Se
ha marchado dejando algunas esculturas y obras inacabadas y en la niebla de los
años deseo que algunas de esas pinturas que quedan en su estudio sean admiradas
en un futuro por otras generaciones. El
correr de la vida y el tiempo crea olvidos también en los artistas. Mi dolor
por su perdida es una parva que se extiende a otros que se fueron. Lamento escribir de ti estimado Ezequiel
porque te fuiste el día de la Virgen del Carmen; es esa casual fecha importante
para un creyente como lo eras tú. Ella, la Madre Universal, te acogió en sus
brazos para a través del viento de la fe llevarte al cielo de los justos. En
los campos dorados de calor y calima me queda tu sonrisa atravesando julio con
su beso de fuego que tú plasmaste con los cardos en pie, fuertes como las
gentes de la estirpe manchega. Fuertes y serenos como lo fuiste tú.
Entre
las exposiciones y premios algunos de ellos como testimonio de su valía artística:
Artista
seleccionado en el XII Certamen Cultural Bodega-Almazara Virgen de las Viñas.
Tomelloso, 2013
Exposición
colectiva Cáritas: pintura y fotografía. Tomelloso, 2013
Premio
de adquisición en el V Certamen Cultural Cooperativa vinícola Virgen de las
Viñas. Tomelloso, 2006
Ilustración
para el libro Manuscrito del Quijote por los Amigos del Hidalgo de todo el
mundo, 2005
Ornamentación
del camarín de la Virgen en la ermita de Ntra. Sra. la Virgen de las Viñas.
Pinilla, 2004
Exposición
colectiva en la XXV Semana Cervantina de la Asociación Hidalgos amigos de los
molinos. Campo de Criptana, 2003
Exposición
colectiva Arte 2002 Tomelloso por el centenario de Antonio López Torres.
Tomelloso, 2002
Ornamentación
de cuatro lunetos en la iglesia Ntra. Sra. de la Asunción. Miguelturra,
2001-2002
Exposición
colectiva en el Salón cultural de la Cooperativa vinícola Virgen de las Viñas.
Tomelloso, 2001
II
Exposición Tomelloso pinta. Tomelloso, 1997
I
Exposición Tomelloso pinta. Tomelloso, 1996
Encuentro
provincial de pintores. Argamasilla de Alba, 1995
Exposición
colectiva en la Casa de Castilla-La Mancha. Madrid, 1995
Obra
seleccionada en la I Exposición regional de Artes Plásticas de Castilla-La
Mancha. Cuenca, 1987
Mención
especial en el I Certamen de pintura al óleo Ciudad de Tomelloso. Tomelloso,
1979
5º
premio en el IV Salón de otoño de pintura. Ciudad Real, 1973
Natividad Cepeda
Periódicos donde se ha publicado;
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