sin orilla final ni principio.
Predio de inacabadas sombras
y sacrificio del aroma del alma.
Amor, estiaje en la sangre
que estrena vecindad en cada día.
Metáfora cantada y expulsada
por el azogue brutal del homicida.
Espejo de la imagen que redime
de todo cuanto afea a lo humano.
Si en las paredes se prohibiera
amar a los demás, si fuera ley
extirpar al amor de nuestro lado,
entonces, ya sin duda,
el amor de verdad existiría.
Poema de mi libro “Camino de
amor” Finalista Premio Mundial de Poesía Mística “Fernando Rielo” 2011
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