ASÓMATE, mi amado, a ver calles
desiertas por donde Dios bosteza.
¿Levantaremos sobre la ciudad toldos?
¿O dejaremos que el sol se extienda?
He gastado tantas tardes
escuchando cigarras.
Tarde como rosarios rojos
con las cuentas ajadas
y las avemarías
apenas sin imágenes.
Asómate para ver a una mujer
mirando al poniente, pensando
en el mítico hombre
desde las torres de todas
las ciudades.
Natividad Cepeda: de mi libro “Solo creo que llueve”
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