sábado, 10 de abril de 2021

Poesía, camino indefinible de belleza


 


Los continentes, las nebulosas, las cometas, los agujeros negros, el sol que conocemos y aquellos otros que imaginamos en el desconocido infinito y dan vida a otras galaxias: todos fluyen para el escribidor de versos; los poetas, como la brisa nocturna que calma y alivia el negro de la noche.

Hasta el dolor y las lágrimas, la vejez y la muerte transforman el corazón de los poetas haciendo surgir su voz, desconocida incluso para ellos, resaltando en las palabras poéticas aspectos ordinarios que se convierten en únicos, cuando son elevados al plano inviolado de la poesía y se adentran en esa verdad del alma.

Cualquier acontecimiento sirve para el lenguaje poético, y en cualquier pueblo .ciudad o aldea nace entre esa multitud un poeta. Nace pequeño, sin timbales ni trompetas que anuncien su llegada. Vive con la contradicción de parecer igual a los otros aunque sólo él escuche cuando se despereza una flor, bosteza una estrella, se derrama la sangre de seres inocentes que, en la noche la luna recoge mientras llora, y la va dejando gota agota, en la línea azul del horizonte que se vuelve escarlata, cuando ella, ya sin lágrimas se cubre de luto y se marcha.

Todo poeta sabe que siempre estará solo, que en múltiples ocasiones se sentirá  derrotado y que en algún lugar hay un sueño perdido que a ellos, les corresponde recuperar.

Porque las rutas poéticas son infinitas, están sobre las rocas y el valle, sobre el mar y por las simas, despunta con el día y pueden también emerger con la noche. Son rutas de amantes y de apátridas, de desahuciados en camas de hospitales, o de niños perdidos por los campos de guerra...


 

Tal vez en esa frontera de los sueños es cuando los poetas retoman al murmullo exacto de la poesía, como retomamos  las huellas de nuestros antepasados, las huellas del recuerdo o la búsqueda de los primeros símbolos.

Tal vez todo depende de que los devastadores de la belleza no puedan comprar jamás a los poetas por unas cuantas monedas de curso legal. Tal vez la bondad nos depare el regalo de dejar en libertad a la poesía que nos habita por dentro, y así abarcar el corazón humano con el corazón del cosmos.

Si esto sucede nosotros, todos, seguiremos escribiendo poesía a pesar de ser unos soñadores y la poesía será un camino indefinible de belleza.

 

 

Natividad Cepeda.

 

 

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