Apenas si se
recuerdan las víctimas caídas en busca
de la libertad que vivieron tras el muro de Berlín llamado “Telón de acero” o “Cortina de
hierro” que ahora parecen no haber
existido. El paraíso socialista oriental
también tiene su holocausto escrito con sangre y llanto.
Mi
generación ha perdido las referencias y los símbolos en los que unos y otros
creímos absolutamente. Porque los idearios los han prostituido las personas que
al gobernar carecen de principios éticos
y morales. El viejo continente europeo se debate entre la corrupción y el
desaliento yendo de un país a otro sus habitantes en busca del paraíso soñado.
Y en el mapa
mundial hay países con telones de acero gobernados con manos de hierro desde el Caribe a Asía, Oriente y África con
piratas y tiranos, vocingleros unos,
callados otros en los medios
audiovisuales del mundo que conocemos. Los escritores y los poetas recogen en
sus obras enmascaras o ácidas, lo que acontece, y a veces, en muchas ocasiones por dar a conocer la verdad oculta o
enmascarada y plasmarla en letras, son
privados de libertad, incluso de la vida en países donde la libertad no existe.
En aquellos otros democráticos, los que van por libres, son anulados por los
políticos que los taponan ejerciendo
aquella máxima de, conmigo o enfrente de mí. Así triunfan los mediocres que se
inclinan ante los que aparecen como salvadores o ejercen bajo una ideología
diferente su cota de poder.
Y porque nada es nuevo bajo la capa de la Historia, traigo a la memoria dos jóvenes caídos cuando buscando la libertad perdieron sus vidas: Peter Fechter 1944- 1962, y Chris Gueffroy 1968- 1989, ninguno de ellos vieron derribado el Muro de Berlín, los dos murieron buscando la libertad. En su memoria, y para ser voz, de los que bajo Estados dictatoriales carecen de libertad, tanto de leyes, como de los que bajo leyes democráticas carecen de lo necesario para vivir dignamente por los que amparados en la “palabra de honor “o en el “juramento a Dios”, dilapidan y traicionan a los que en ellos confiaron, socavando con ello los pilares de las democracias dejándonos el panorama gris en el que estamos inmersos.
Por los que
murieron, y mueren, por los que aún
creemos en la democracia, no quiero
olvidar a los que mueren defendiéndola, porque a pesar de todos los nefastos
representantes que la traicionan es el mejor de los sistemas hasta hoy conocido
en la sociedad de las naciones.
TODO ES GRIS
En memoria de
Peter Fechter y Chris Gueffroy
Todo es
gris. Una mañana gris.
Un cielo
encapotado con lágrimas
de otoño mira
por la ventana,
se cuela
hasta la cama,
la cubre con
su manto
deja fríos besos de asfalto.
Todo es
gris. Gris el cielo,
blancas las
manos, blancos los labios,
blancas las
sábanas, negro el presagio.
Todo es
gris. Sin quejas.
Sin llanto.
La vida
gotea fantasmales sombras
por las
alambradas.
Peter
Fechter sigue desangrado.
Todo es gris
en los muros
de los corredores de todas las muertes:
plazas,
calles, pueblos,
aldeas y
guetos por donde fallecen
los Peter del mundo;
gritan libertad no encuentran ayuda.
Los guardias
de frontera disparan
bajo otras banderas.
Siegan las
cabezas en nombre de Dios.
Y sigue la
farsa de rezar con armas;
pólvora, espadas, inyección letal,
cables en sillones, horcas
machetes, hogueras…
Todo es
gris. Con Dios o sin Él.
Chris
Gueffroy; las balas te rompen
y el muro se
calla.
Pervive el llanto y las cruces.
Nada se ha
olvidado
y poco ha
cambiado desde que te fuiste.
Se
abate la vida
No se
seca el llanto. Todo es gris.
Todo igual
que en Berlín.
¿Cuándo las
fronteras serán demolidas?
Cuándo la
justicia será una verdad.
¿Cuándo el
ser humano tendrá humanidad?
Cuándo,
cuándo, cuándo…
Natividad Cepeda
Arte digital N. Cepeda. Fotografías tomadas de la red.
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