Es triste para mi contemplar este cuadro de Francisco de Goya que se ha dado en llamar “A garrotazos” Es triste porque tiene razón hoy también este cuadro cuando ha pasado el tiempo sobre el cuadro y no sobre algunas malas mentes.
Yo, que durante tanto tiempo creí en la bonanza donde
mis hijos perduraran respetando ideas y creencias sin atacar las leyes que mi
generación votó para en paz prosperar en cultura y bienes…
Yo, compruebo, que ahora esa bonanza se está
resquebrajando sin límites negando desde las instituciones el respeto a las
leyes que rigen mi país.
Yo, que no temo a mi muerte, pero si temo la muerte de
la libertad y los derechos arrasados de una sociedad herida en su salud, herida
en su economía camino de la pobreza y la mendicidad, que es una verdad y no una
mentira, como las que escuchamos a diario en tantos portales de noticias asfixiadas
por el poder constituido…
Yo, al ver ese cuadro del pintor Francisco de Goya, me
pregunto ¿por qué hemos de volver a la pelea, olvidando al pueblo sufriente y
olvidado, ese pueblo que calla y no alborota, que trabaja y no medra a costa de
los otros, de esos que clavan su aguijón en las economías y viven, gracias a su
costa, aludiendo e invocando, salir a pelear a garrotazos, por plazas de todas
las ciudades con el mandato cruel y despiadado de lanzar los unos a los otros
mientras ellos, los que lanzan proclamas,
se llenan los bolsillos y viven como reyes sin corona en palacios con sequito incluido?
Yo, después de tantas muertes ocurridas en los meses de
atrás, y también ahora, a diario los muertos, sin darles importancia como si
esos muertos no fueran de este mundo, me pregunto, ¿A dónde está el raciocinio,
la voluntad de no herir más de lo que ya estamos? ¿Adónde
la lógica y el mirar por nosotros? ¿Adónde nos llevará este incierto
presente que nos prepara tan mal futuro?
Yo, en éste empezado otoño me resisto a volver a vivir
a garrotazos, esos garrotazos verbales que se alzan para deshabilitar la
democracia y volver a la miseria y al odio sin ética ni moral, sin principios
de buena convivencia.
Yo, que solo
pido pan y trabajo y respetar las leyes, no entiendo que la gente del pueblo no
vea el engaño de azuzarnos los unos contra los otros para herirnos, y dejar en las
cunetas actuales, la sangre de todos: nuestra sangre de padres y de hijos… De
jóvenes sin horizonte de verdad,
He vuelto a leer a Francisco de Quevedo en ese poema
de la pobreza y el dinero por su
actualidad. Confieso mi admiración por su grandeza de escritor y poeta y. mi
dolor, por lo que afirma que hoy de nuevo es actualidad cuando afirma…
¿Quién con su fiereza espanta
el Cetro y Corona al Rey?
¿Quién, careciendo de ley,
merece nombre de Santa?
¿Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
La Pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándolos las manos
los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
con oro y no con acero?
El Dinero.
¿Quién la Montaña derriba
al Valle; la hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
vuelve en el mundo ligero?
El Dinero.
Francisco de Quevedo
Siglos
de ignorancia nos condujeron a la manipulación de los poderosos igual que hoy,
por eso la pintura de Goya y el poema de Quevedo tristemente son actualidad.
Natividad
Cepeda
No hay comentarios:
Publicar un comentario