Blog de Natividad Cepeda. Escritora
El Blog de la escritora española Natividad Cepeda.
jueves, 18 de abril de 2024
lunes, 15 de abril de 2024
sábado, 13 de abril de 2024
jueves, 4 de abril de 2024
Bajo la anchura del iluminado abril la pobreza humana de todos nosotros
Las
pasadas lluvias de marzo han dejado agua en pantanos y terrenos sedientos de
humedad y los cofrades han derramado lágrimas por no poder sacar las imágenes a
recorrer las calles como se desea un año entero. Pero gracias a la lluvia han
nacido flores silvestres y las siembras son de color verde brillante. Tanto
tiempo esperando que cayera el agua del cielo y cuando nos ha mojado la queja
de que podía haberse esperado se he escuchado con son casi de miserere.
Yo
que espero ver llegar las golondrinas junto a los vencejos y aviones en este
abril de hoy me sigo preguntando ¿por qué no nos lamentamos por esas causas que
escuchamos a diario y apenas si nos hacen mella en nuestro ánimo? Desde este rincón pequeño donde escribo en
paz escucho que las guerras actuales siguen su macabra obra de destrucción y
muerte a diario y percibo que nos hemos acostumbrado porque no nos conciernen,
porque nos pillan lejos y porque a pesar de nuestra fragilidad nos sentimos
fuertes y seguros en nuestros pequeños reductos hogareños.
Creo
que somos víctimas de nuestro propio ego en mitad de tanto dolor y corrupción colectiva
ausente de moral y principios, permanentes en medio de la picaresca de guante blanco y baja estopa, que nos roban
entre el riesgo de no saber qué ocurrirá en cada momento. Y tanto es así
que nos hemos olvidado de lo que es dignidad en mitad de tanto adoctrinamiento
inútil y perverso y en ese exceso de autoestima no podemos discernir la realidad en la que
vivimos.
Todo
son pretensiones y exigencias pero ocurre que muchos de nosotros y de nosotras,
no respetamos lo público y al hacerlo olvidamos que es de nuestros impuestos
donde salen servicios que mal cuidamos. Es por eso que me avergüenza como están los baños en hospitales y centros
de salud de la Seguridad Social, asquerosamente sucios por los usuarios, las
botellas, papeles y botes de cervezas y refrescos dejados tirados en calles
ignorando la papelera que hay a pocos pasos, las señales dobladas por
gamberradas y la falta de respeto en aceras al no ceder el paso a niños y
ancianos, por citar algunas de las costumbres instaladas en el día a día de nuestras ciudades.
Nos
olvidamos del ELA la esclerosis lateral amiotrófica
y de las personas que la padecen sin recursos suficientes para ayudar a
sobrellevarlo con dignidad, y no apoyamos masivamente esas reivindicaciones por
sus familiares porque a nosotros no nos interesa. Nos olvidamos de la
depresiones tan padecidas por tantas personas en medio de esa soledad del alma
tan difícil de curar…Y cuando llegamos a un hospital y nos dan cita para meses
nos aguantamos, incluso cuando la salud hace aguas por todos los huesos de
nuestro cuerpo sin ignorar que es
injusto y perjudicial.
Si,
nos hemos acostumbrado a que se insulte y agrede a médicos y educadores, a que
nuestros derechos de ciudadanos no importen en la medida que deberían importar
a la hora de no sancionar a reincidentes en atracos en la calle, asaltando
viviendas, robando en propiedades rurales, abriendo furgonetas de pequeños
autónomos…Hasta nos hemos acostumbrado a no confiar en muchos de nuestros políticos
porque no les importamos, salvo el día de las votaciones en las que con nuestro
voto depositamos en ellos y en ellas, nuestra confianza. Confianza defraudada
al carecer de la conciencia que deberían tener por ser nuestros representantes
a lo largo de la legislatura.
A
veces percibo la pobreza de humanidad y falsedad taponando el silencio, de los que en
la parcela del corazón, siguen sembrando amor y esperanza, que siento temor de
que olvidemos nuestra frágil osamenta presente en esas consultas de hospitales,
donde a pesar de la luminosidad de abril somos pequeños cuerpos mendigando
ayuda.
Natividad
Cepeda
https://www.miciudadreal.es/2024/04/04/bajo-la-anchura-del-iluminado-abril-la-pobreza-humana-de-todos-nosotros/https://www.miciudadreal.es/author/admin/
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domingo, 31 de marzo de 2024
La paz del galileo
Bajo la tristeza de los días
de pasión y muerte
el viento ha traído agua
cual lágrimas
del cielo por el suplicio
del buen galileo
allá en Jerusalén donde se
repite la muerte
de miles de injusticias de
muchos inocentes.
Igual que ayer los
ejércitos destrozan,
traicionan y mancillan la
vida regando
con la sangre caída senderos de dolor.
Mas la lluvia caída en esta
primavera
embellece campos y jardines
urbanos
haciendo que broten las
semillas
reverdeciendo árboles entre
flores
y sembrados alfombrando los
campos.
Desde mi infancia tan lejana viene
la celebración de la Pascua
Florida
por el Resucitado que venció
a la muerte,
pilar de la fe de los míos, generación
tras generación, y recojo el
testigo
de ese renacer de fe en cada
primavera.
Me dejaron ese legado de
celebrar la vida
sin oscuros presagios de
rencor en las redes
del mar que es mi vida.
Porque la vida es viaje
de lluvia presentida a pesar
de esas otras sequias
que nos dejan estériles los
páramos del alma.
Ahora en esta primavera tan fraguada
de guerras en el yunque del mundo…
solitaria en mi súplica,
agradezco la lluvia
que restituye fuentes y nos
lava heridas
que casi nunca vemos en el
dolor ajeno.
Allí, donde se masacra la
vida con extrema
violencia y desatino atroz, quisiera
que la lluvia de marzo limpiara las conciencias
de tanto desamor y nos
trajera el viento
la paz del galileo que nos
dejó su amor.
viernes, 22 de marzo de 2024
Pepe J. Galanes alma de sus fotografías y Mención Especial en el XVI Encuentro Oretania de Poetas, “Acordes con la palabra” dedicado a la música
Pepe J. Galanes es conocido
en el amplio panorama de la creación artística
por su dedicación a la fotografía
y sus numerosos proyectos realizados incluido el de “Poetas con luz
ambiente” donde a través de la imagen ha ido dando a conocer a todo poeta
nacido en la provincia de Ciudad Real y con libros publicados.
En ese recorrido lo conocí
cuando después de su llamada telefónica quedamos para venir en casa en un día y
una hora determinada. Se adelantó al horario establecido por lo que la
fotografía se hizo sin arreglo alguno por mi parte; tan genuina y real como se
muestra en la foto con mi cabello rebelde de rizos en desorden. Fue una mañana de diálogo y conocimiento de
ambos, después he seguido la trayectoria
fotográfica de sus exposiciones y, cada uno de los creadores amantes de la poesía
que él ha fotografiado para la posteridad.
¿Pero que es la poesía y los
poetas en tiempos de crisis múltiples, dónde hasta nos acostumbramos a convivir
con guerras actuales como si esas situaciones tan espantosas fueran menos
graves para los que no las padecemos? La poesía es sentimiento y actitud del
reflejo de nuestra cotidianidad. Lo fue para los poetas, hombres y mujeres, que
leemos del pasado en sus libros donde se proclama de lo humano y divino en sus
versos.
Pepe J. Galanes con su cámara nos ha dejado su visión de cada
uno de nosotros imprimiendo carácter de un instante de lo que le hemos dejado
captar de un presente que ya no se volverá a repetir. Con su mirada de
fotógrafo impecable ha mostrado lugares en blanco y negro porque de esa forma
el color no erosiona la visión de los fotografiados. Y en ese ejercicio ha sido
notario de cada uno de nosotros al dejar esa impronta en cada una de las fotografías expuestas a la
mirada de quienes nos contempla.
La sabiduría de Pepe J. Galanes al elegir ese tema y a los poetas, hombres y mujeres, dejándonos que opináramos de nosotros mismos, ha unido imagen y palabra en ese testamento grafico sin eludir la palabra escrita. Son reseñas individuales de los poetas y su misterio de andadura con realidad y ficción en cada una de sus confesiones a pie de foto. En esa trayectoria de imagen y palabra nos acompaña su visión de cada uno de nosotros que expone y muestra con la misma libertad que su objetivo.
Al recorrer las
fotografías las diferentes exposiciones
se muestra unos retratos de nuestra propia civilización arraigada en la poesía
y en la imagen, a pesar de lo poco que importa la poesía y lo acostumbrados que
estamos a ver imágenes. Al fotógrafo los fotografiados le estamos agradecidos y
después no esperamos mucho más porque en esta sociedad tan vertiginosa a veces
no somos conscientes de la importancia de algunos de los logros mostrados; y
logro, es ese proyecto de “Poetas con luz ambiente” donde el éxito radica en el
monólogo que se hace cuando se ve cada una de las fotografías por los
visitantes. No oculto que ese proyecto ha sido un éxito fruto de la concepción
de un creador nato como es Pepa J. Galanes, y por eso esa Mención Especial de los organizadores del,
XVI
Encuentro Oretania de Poetas, “Acordes con la palabra”, en Poblete al fotógrafo. Bien merecido ese homenaje.
En ese homenaje y
encuentro participan veintiséis poetas y cantautores.
Se han unido música, poesía
e ilustración, para visualizar la palabra y los acordes y el talento de tantas
personas que hay en nuestra provincia por lo que el fotógrafo Pepe J. galanes
forma parte de todos de Alfredo Jesús
Sánchez Rodríguez, Antonia Piqueras Jiménez, Aurora Rey Aragón, David García
Rodríguez, Diana Rodrigo, Elisabeth Porrero Vozmediano, Eusebio Loro, Isabel
Villalta Villalta, Javier Márquez, José Amarillo, Juan Camacho, Juan José
Guardia Polaino, Luis Alberto Lara Contreras, Luis Díaz-Cacho Campillo, Luis
Romero de Ávila Prieto, Manuel Muñoz Moreno (recita Begoña Mansilla), Marciano Sánchez, Miguel Galanes, Natividad
Cepeda, Pilar Serrano de Menchén, Ramón
María Díaz-Cacho, Santiago Romero de Ávila, Teresa Sánchez Laguna, Vicente Ballesteros Moraleda, Vicente
Castellanos, Víctor Manuel Gutiérrez Caballero, Olga Alarcón y los ‘Poetas del
Barro’, Ángel Leal y Graci Arias.
Julio Criado es el artífice
de este evento junto con el coordinador
Luis Diaz-Cacho, la ilustradora Olga Alarcón y el prologuista Santiago
Romero de Ávila. Un año más El Grupo Oretania
de Poesía inaugura la primavera
llevando su labor en favor de los creadores de Ciudad Real hasta Poblete, para
así difundir lugares nuestros poéticamente.
Natividad Cepeda
martes, 12 de marzo de 2024
Mujeres discriminadas en esas casas de sus labores
Si entramos en la casa una mañana de primavera nos sentiremos inundados del renacer de las semillas en la tierra y veremos la luna en su portal
Si
avanzamos por sus pasillos y corredores sentiremos música en el alma cual
imágenes transparentes en la serenidad de la noche.
Porque
todo en esa casa es música misteriosa. Al andar por el silencio de sus gruesas
paredes nos vienen otros seres que adivinamos sin ver.
Y
percibimos que toda ella: la casa, es obra concebida por una mujer
extraordinaria, y su rastro permanece en cada una de sus estancias.
Aquí,
en esta casa, decrece la prisa, y suave el aroma del sándalo nos sumerge en
labranzas de sabor campesino con ruedas de norias y molinos.
Hay
acorde de violines alojados en uvas de
septiembre que nos congrega a saborear el vino que nos da la tierra para
brindar por ella.
Pasa
el visitante a ese mágico reducto y se va desnudando de viejos ropajes
para
renacer a un tiempo nuevo.
La
casa se alía con el pensamiento de cada uno que la penetra, que la posee y la
respeta como algo suyo y ella lo acoge en su seno.
Nada
es esquivo al peregrino que busca en ella su reposo, desde el salón con su
chimenea, donde arde la leña y se escucha
suave música invadiéndolo todo
No
se pueden descifrar sus notas pues todo es raíz del aire que transita en cada
rincón de esa mansión hecha para el amor y para la paz del alma que busca sosiego. Su
acogida se anuda en la epidermis
poesías que se creían olvidadas, y que vuelven cuando descansado en el
lecho se recuerdan como un dulce milagro que sólo es nuestro.
Entrar
en esa casa es entrar en el cofre de lo que reconforta. Es sentirnos
estremecidos por el júbilo a la orilla de lo que subyace en el cuerpo de las
cosas más sublimes.
Todo
aquí es eco de lo que criba el tiempo. De lo que tiembla en la piedra y la
madera. De lo que permanece en el mantel extendido y dispuesto para el yantar
del día. Huelen los muebles a membrillo, a la rama seca de laurel, al azúcar
tostada para calmar la tos, al arrope y
al queso en aceite. Al romero que salva de cualquier maleficio.
Tenemos
en esta casa la oración de las campanas que acuden al oído, ungiéndonos del
sagrado tañer ángeles de bronce para custodiar nuestro quehacer y nuestra prisa.
Mirando
la torre de la iglesia el viajero que ha
llegado hasta la casa sin claves
escritas
en su diario de viaje, se le desvela el mensaje secreto de su éxodo.
Por
el aire intuimos que a todos nos aguardan sonidos. Llevamos en la memoria un
bautismo de idas y venidas plagado de emigraciones de color azul.
Azul
es la Señora de la casa. Azul el mar y el cielo y el sexto color del arco iris.
Azul
es la paz cuando un ángel pasa por la
casa y su huella sobrevive en el patio y en agua del pozo. Pasa, hojea los
viejos manuscritos, custodia galerías y pasillos, deja quietud en las bóvedas de las
habitaciones. Pasa la vida por la casa con cangilones de agua bendecida.
Señora
de la casa, Dios la guarde, y el santo
del día le traiga huéspedes de bien con
santo y seña. Calla el ama de la casa, lleva en su sangre cicatrices que no nublan sus ojos. Mirándola,
se ve el incendio de la tarde cuando detrás de los olivos viene la noche.
Sobre
los campos se duerme el pueblo quién
sabría de ti si se muriera la magia que dejaste? ¡Abre mujer tu casa, ven ama
de este lugar donde dicen que te ocupas de tus labores para denigrarte al
hacerlo. Ven y en el comedor majo enciende los candelabros!
Hay
voces en el zaguán, risas de niños. Anochece, van naciendo jazmines y por la
yedra se enredan las estaciones. Yosi, mira desde su cesta las golondrinas. Todo
se desmorona. La casa vierte su coraza de amor por las ventanas. Reciedumbre
con sabor a miel para el invierno. Ladra Yosi. Luego, todo es silencio sobre
las tapias
Y
llevados por el encantamiento de sus estancias, pasan furtivas entre los muros
madres que amaron cuidar de ella.
Cuidaron sin protestar de los abuelos y de los jóvenes que allí
nacieron. Se fueron todos y se olvidaron de las mujeres que la habitaron. Sueña
la Casa con aquellas mujeres que custodiaban cada rincón de cada estancia..
Duermen las horas.
Se
asoma el alma en ésta casa sobre la aurora. Todo está escrito sobra la tierra.
Todo es misterio, palabra y piedra, agua y sendero, niño, vejez, hombre y mujer.
Después, la marcha. Se borra el pueblo. La casa
queda en la memoria. Hay que volver. Algo de ella se queda entre los
huesos que permanece en nuestro ser.
Algún
día contaré que conocí una casa que tenía
alma de mujer y en su carnet de identidad discriminada y
despreciativamente aparecían dos letras
S/L o lo que era igual a “sus labores”; sin profesión reconocida…
La
casa sabe de todo aquello. Entre el silencio de las paredes se escuchan gritos
de libertad. Madres que abrieron puertas al aire de otras mujeres.
Casas
que saben de mil trabajos allí oficiados siempre en silencio.
Siempre
invisibles. La casa se llamaba hogar y
la mujer era una torre convertida en faro invisible y humilde a la que
le negaron reconocer aquél trabajo no asalariado.
Ocho
de marzo un día más que recordar a las que hicieron aquél milagro.
Natividad Cepeda