viernes, 3 de julio de 2015

“Palabra de Quijote” VI Encuentro Oretania de Poetas


            Con el título  “Palabra de Quijote” se acerca al lector a un libro excelente en el VI Encuentro Oretania de Poetas, mostrando en esta nueva publicación el Grupo Oretania un ideal manifiesto por acercar al público, a través de los versos de los poetas, las emociones que en este libro se une y dan cita. Argumento que prueba que a pesar de las dificultades actuales  en la publicación de libros de poesía, que el ideal quijotesco  abunda en los que iniciaron este proyecto; Grupo de Comunicación Oretania, con Julio Criado García en la dirección Editorial  y su Coordinador, el escritor Luis Díaz-Cacho Campillo: a todos ellos mi gratitud por su inclinación y entrega a este proyecto literario.
La obra cumbre en idioma español, no cabe duda alguna, que es El Ingenioso Hidalgo  Don Quijote de la Mancha, compuesta por Miguel de Cervantes Saavedra desde su publicación en un lejano año de 1605 por el impresor Juan de la Cuesta y a cargo del librero-editor Francisco de Robles, dedicada por el autor  al duque de Bejar, ha sido- y es-   origen de numerosas obras literarias de toda índole, poéticas, de ensayo, teatrales y llevada al cine y a la televisión en variadas versiones internacionales. Obra literaria que desde su publicación fue acogida por el público y denostada por escritores de valorada reputación de esa época.
Pero la pasión poética y los poetas a pesar del tiempo transcurrido es parecido el concepto que se tiene de ellos, y se tenía, y así nos lo muestra Miguel de Cervantes en el capítulo VI de la primera parte, cuando en el escrutinio de la quema de los libros, el cura quiere salvar de la pira funeraria los libros pequeños de poesía, y la sobrina, entre otras razones, termina diciendo que, no vaya a leerlos su tío y se haga poeta “que según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza”  Efectivamente la poesía trastorna y revuelve los sentimientos, e incluso descabalga la mentira, quitando caretas que cubren las miserias  de  los  poderosos de la tierra.


Palabra de Quijote, une a dieciocho poetas, diferentes en sus composiciones y métricas, y a la vez, unidos por el espíritu idealista, ensoñador y romántico que en este libro de poemas, al igual que ocurre en la novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, en las metáforas de los autores  subyace la búsqueda de la justicia, la libertad, el amor  y la verdad entroncado en el paisaje manchego, austero y bello, misterioso y seco, lagunar y  sediento. Sin escapar del momento social que viven  los autores dejando en los poemas la esencia  personal de cada uno de ellos. Porque la literatura es un espejo adonde mirar para ver las sociedades humanas y comparar errores y aciertos que se repiten excesivamente en el devenir humano.  Por ese discurrir volvemos al héroe  manchego universal, y a su deseo vehemente de justicia, encontrando en ese viaje desventuras propias y ajenas. Tras esa problemática tácita, la poesía busca y clama  en los poemas los infortunios de hoy, provocando los versos de este libro posicionamientos encontrados, y a la vez, coincidentes con el personaje quijotesco de elevadas miras, ante la desvalidez social y humana, maquillando con la poesía lo descompuesto y feo de las crisis que nos hunden el alma en la desolación. Porque los versos son el arnés del espíritu y los poetas quienes nos atan a la poesía.
Palabras testimoniales hay en cada uno de los poemas de este libro, generadoras de fuerza, exentas de hipocresía. Dolorosas unas, amatorias otras. Todas ellas recorren con su música de palabras las páginas del libro.
Porque si la poesía se petrifica carece de fortaleza. Y si los poetas no agitan con sus versos a sus contemporáneos, y a los que les preceden, entonces la poesía dejara de existir. No otro mandato contiene en su génesis la palabra poética, encadenada al devenir, sin pausa y  sin miedos.  Sin temor a ese monólogo, que es todo poema. Porque desnudez, es lo que hay del poeta, en cada  verso. Y no cabe pensar de otra manera cuando la palabra versificada va bautizada de Quijote: emblema de una existencia, la de Miguel de Cervantes, y también de todos los que nos sentimos quijotes.

Antepuesto a los poemas de esta obra escribo y reflexiono sobre los temas que en ella convergen buscando la redención de Quijote con Ángel Díaz Peña cuando asegura: Después de haber vencido/en algunas batallas, /él habita la derrota/por no haber conseguido/el combate más preciado: Y Elisabeth Porrero Mozmediano le escribe enamorada: Te imagino,/tecleando el AMOR con Dulcinea,/escribiéndole versos,/en la tablet o el móvil,/y surcando pantallas. Mientras Eugenio Arce Lérida  pide: Que venga Don Quijote, el Valeroso, /que presto está mi ánimo y mi pluma/ para evitar que caigan,/en el ancho desván de los olvidos,/todas las aventuras que supongan: Asegurando Jerónimo Calero Calero: Así empezó la historia inacabada/ de un rapto de locura/ y se hicieron leyenda los agrestes/ parajes de la Mancha.../ Aún siguen aguardando las posadas. Y  clama José Luis Morales: Son palabras heridas, /vienen directamente de la sangre,/ vuelven turbio el espejo donde se peinan, cantan/una canción tan dura/ que estuviera pautada en pedernal de trillo. Y afirma contundente José María González Ortega: Escribir es vivir, soñar despiertos,/aprender a volar sin tener alas./ (Recuperar los días consumidos,/ separados de cosas esenciales.)/ Escribir es amor, sembrar estrellas... Confesando Juan José Guardia Polaino : Todos, y el estrafalario; todos en girándula,/loco, hidalgos y villanos./ Yo estoy en paz contigo, don Quijote,/ en la ruina y tras la gloria en tu batalla;/ mi fiebre busca tu flaca cordura. A Luis Díaz-Cacho Campillo lo enseñó: Me enseñaste a soñar/ cada alborada,/ -Caballero de sol/ de esta vieja llanura-./ A buscar la verdad/ del que añora sincero/ en la alforja de paz/ encontrar la utopía. Mientras sueña Luis Romero de Ávila: Se recrea mi amor junto a tu amor en un proceso/ de luna llena que dejó su beso/ en tu boca que busca y que desea/ mis labios. Hoy ya sabes que un te quiero/ recorre día a día este sendero. Superando obstáculos  Manuel Laespada Vizcaino: Se remonta su origen al arcano/ y es su razón de ser las sinrazones/ pues rechazan la luz de abracadabras./ Los refranes nos toman de la mano/ llevándonos a doctas conclusiones:


Llevando a Manuel Muñoz Moreno a recordar: La infancia es ahora un caserón en ruinas,/ aquellos años descampados eriales/ que han dado lugar a más eriales/ descampados de recuerdos, marchitos/ de enseñanzas, vacíos de palabras. Y a enhebrar a María José García Bolós: Y en un lugar de mi Mancha,/ cuyo nombre me trae recuerdos de infancia,/ mi loco amigo sueña despierto/ entre libros y alboradas;/ los monstruos de la razón. María José López Lara mira y remueve: Así, en el rescoldo del alma/se atizará la esperanza/ y en el hogar donde Alonso sestea/ despertará Don Quijote/ ardiente de rabia y valor. Sigue afirmando Nicolás del Hierro: La palabra empeñada y el Hidalgo/ vencido, cumplirá su promesa:/ será su casa el claustro y espera su sentido;/ dolor será la senda, ya mordida/ por punzantes y tórridas aulagas. En tanto Nieves Fernández Rodríguez romancea: se hará rico en cuerpo y alma/ como el mejor caballero/ a quien compaña y aclama,/ como el mejor escudero/ que cabalga por La Mancha. Pilar Serrano de Menchén sin dilación describe: bajo el instante dulce que su cansancio sabe. / En su imagen un hombre que busca su camino, / un latido de fe su semilla sembrando./ Y una seña cabal: sobre estrellas su cosmos/ o un corazón en cruz amando lo que sueña. Y en oración profana Presentación Pérez González  evoca: solitarios rodeos del desvelo. / Y al percibir el aura de tus manos,/ prodigio de llanura sin mordazas,/ se me vuelve fervor cada camino/ donde mis miedos quedan derrotados. Y en dádiva de amor Teresa Sánchez Laguna pide: Si pudieras…/ Si pudieras desposar con tu anhelo/ el dulce nombre a tu vigor rendido, / si pudieras ser verbo de su celo/ y entregarle tu corazón transido.
Imágenes y metáforas a las que les da vida la palabra escrita Poesía sin otra moneda ni atadura que el don de la creación. Literatura que permanecerá en los anaqueles de bibliotecas públicas y privadas. Es posible que algunos de estos libros, con el paso del tiempo, se vendan en los puestos callejeros de libros viejos y usados, adonde  peregrino para encontrar esos libros que me siguen interesando aunque no estén en las listas de los más vendidos. Porque la belleza poética jamás perece.

                                                                                                                Natividad Cepeda


 Arte digital N. Cepeda
Fotografías: Julio Criado









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