miércoles, 19 de octubre de 2016

Lazos rosas para todos y todas: símbolo de esperanza



En la mirada de miles de mujeres y  de hombres  hay húmedas plegarias abrazando al cielo  con   arrojo,  de quien sabe luchar  con  la estirpe y la hoguera encendida; de  quienes no cierran  en sus hazas el fuego   de combatir crónicas de dolor para  salir  de ese laberinto  sin perder la esperanza ni los sueños. Cuando todos ellos  conocen,  que  es muy  largo el camino y tienen  muchas noches de  insomnios  cruzando los pasillos  con olor a hospital,  sin otra alternativa   que destrozar  el miedo  y esa oscuridad que en el alma se siente, y hay  un grito en medio de esa oscura luna, silencioso y profundo.  

Un alarido de donde ellos y ellas, se saben que vencerán  abriendo horizontes. Horizontes que  derriban  murallas de incertidumbre donde la palabra vida se crece y expande por  caminos,  sendas, trochas y  viajes  con  alas y susurros más fuertes y más altos que el vuelo  de los ángeles, de las águilas y de todos los aviones, cohetes y capsulas dirigidas al espacio donde las estrellas se multiplican, aparecen y desaparecen como los susurros en el aire. 

Cuando se llega al final de esa lucha y de ese laberinto una mujer y un hombre, se crece por encima de todo porque ha superado a la materia con la fe de su espíritu. Percibe que ella, que él, forman parte de todo lo creado y saben que son hijos de todas las galaxias y en continuo prodigio ven atalayas dibujadas en las nubes  con los ojos del alma.

Hoy han dicho que  hoy, hay que celebrar la curación del cáncer de mama; en edificios públicos se cuelgan lazos rosas, porque, a no sé quién, se le ocurrió bautizar como  símbolo femenino. Vale adoptemos lazos rosas para todos y para todas como símbolo de esperanza para saber que la vida es una lucha, pero lo realmente importante e imprescindible, es invertir en investigación, en educaren  hábitos saludables y en no olvidar,  que el cáncer de mama también lo padecen algunos hombres, además del cáncer de próstata masculino, equiparado al cáncer de mama en la mujer.  

Los pactos para las celebraciones a veces son pedazos demagógicos y arrogancia de algunos en alocuciones públicas, lo admirable es seguir combatiendo día a día la enfermedad, cualquiera derivada de esa lacra humana llamada cáncer y no olvidarse de sonreís por encima del dolor físico y psíquico.  Y encontrar esa luz en todas las miradas que conocen lo que es superar y ganar esa batalla.  Porque haber borrado el rictus del dolor es una prueba de amor, de coraje y de esperanza de todos los enfermos del mundo.
           



                                                                                                       Natividad Cepeda   

No hay comentarios:

Publicar un comentario