miércoles, 30 de diciembre de 2020


 
 
 
 
 
 
 
 
Se cierran los días de  diciembre,

exhaustos de lágrimas  en la cruz

que ha dejado la niebla de los meses.

 

Mojados de tristeza  hay bagaje  

de adioses en la Historia de dos mil veinte

quedando en el espejo de los días

el peaje pagado a las tinieblas.

 

A pesar  de las lágrimas no perdimos

el abrazo del sol y de su luz;

alucinadamente hermosa  iluminó 

con su candil nuestra  negrura.

 

La  madre tierra, amada

y a la vez  destruida, es milagro de sueño

y permanencia cuando todo es ceniza.

 

En el vasar  desglosamos  hojas

de calendarios, escanciamos vino de hogaño

y por el año nuevo, brindamos.

 

 

 

 

Con mi deseo  para el 2021  de  bonanza  en salud, respeto y economía para la convivencia de todas las personas.

 

Natividad Cepeda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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