
Este jueves catorce de
septiembre La mujer de la escalera", de Pedro A. González Moreno, ha sido
la ganadora del Premio de Novela Café Gijón 2017 y una vez más un manchego de
Ciudad Real, nacido en Calzada de Calatrava escribe su nombre en el café más
culto y famoso del Paseo de Recoletos; ese nombre que se conserva por esas carambolas
del destino cuando nadie sabe ni recuerda, que se le llama por un extinto
convento de Agustinos Recoletos, hoy ocupado por la Biblioteca Nacional y dicen
que también por el palacio del Marqués de Salamanca. Paseo emblemático de esa
Madrid donde el escritor reside perdido entre sus avenidas y jardines dejándose
llevar por el vaivén de la ciudad que lo nutre y deja en su rostro la mirada de
otros muchos que como él, miran a la diosa Cibeles y escriben en la soledad de
su escritorio de una mujer que le ha susurrado su histórica leyenda envuelta en
pergaminos del pasado. Desde ahora cuando el poeta que también es, Pedro
Antonio González Moreno, cruce por los
jardines y estatuas de ese paseo, Valle Inclán, lo reconocerá como uno de los
suyos, aunque también lo oculte valiéndose de sus gafas y su aire displicente.
Pero si el escritor no
hubiera sido minucioso al sumergirse en la ingeniería de la trama novelística,
el jurado del Premio del Café Gijón no se lo hubiera otorgado, y en los días
próximos, nadie sabría que ha pasado muchas horas sentado, escribiendo en la
soledad de su escritorio, donde nadie salvo él, sabe las horas y días
invertidos hasta llegar al final de la novela. La soledad es el precio que el
escritor paga a la fortuna de ser
reconocido por sus libros. Cuando Pedro Antonio cruce por el Paseo de Recoletos
con su figura de romántico y bohemio
hasta el café Gijón, la mujer de la escultura que sostiene un libro,
alzará su mirada para saludarlo, nadie
como ella conoce el valor inmaterial que tiene un libro: está sentada y es un
motivo escultórico donde se lee, Los
libreros españoles al libro y a sus creadores. Palabras sencillas y
hermosas que miran a los que pasan, sin que casi nadie repare en ellas.

Pedro Antonio González Moreno
es licenciado en Literatura Hispánica y profesor de Lengua y Literatura.
Dirigió el Aula Literaria Gerardo Diego durante doce años. Ha publicado seis
libros de poesía, entre los que destacan Calendario de sombras (Premio Tiflos,
Visor), Anaqueles sin dueño (Premio Alfons el Magnánim, Hiperión), y El ruido
de la savia (Premio José Hierro). En narrativa, ha publicado Los puentes rotos
(Premio Río Manzanares), el libro de viajes Más allá de la llanura y la novela
juvenil La estatua de lava. Como crítico literario y ensayista, es autor de los
libros Aproximación a la poesía manchega, Palabra compartida (Antología poética
de Eladio Cabañero) y La Musa a la deriva (Premio Fray Luis de León de ensayo).
El Café Gijón vuelve a tener entre sus parroquianos un escritor sin mengua de
los que se fueron.
Desde el homenaje tributado
a Nicolás del Hierro en el paraje de la Fuente Agria, en Piedrabuena, después
de su muerte, no he vuelto a verlo. Aquella tarde Pedro Antonio tenía una
sombra nostálgica cruzándole los ojos. Nos
fuimos después de dejar entre los árboles un poco de nosotros, el adiós al
amigo en mitad de los campos. Escribiré un correo desde mi ordenador a Pedro
Antonio, felicitándole por este merecido premio y espero, si Dios quiere, tener
entre mis manos su novela, para como lectora, sentir ese placer que solo los
buenos libros nos regalan.
Natividad Cepeda
Arte digital: N. cepeda
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