VIII
En íntimo diálogo hablo con la esperanza
que eres Tú.
Desde cualquier
camino yaces marcando el norte
albergando en tu estela las paredes hundidas;
y aunque el mundo se derrumbe, sabemos,
que contigo todas las ruinas resucitan.
No puedo explicarme porque me sigues
a pesar de mi olvido hacia ti repetido.
Siempre sé que me llamas
cuando intento olvidarte.
Ocurra lo que ocurra apareces asomado
al portal de la esquina vacía,
de la calle a oscuras,
de la acera emporcada por tanta podredumbre,
y humanamente andas entre nosotros sin juzgar
la conducta tantas veces equivoca
y llena de
fracasos.
Este monólogo, reverbera el poso de soledad
continua por la que avanzo a veces.
Cual Lázaro me muero,
y si tú no me sacaras de mi fría hendidura,
Señor,
quedaría enterrada en mi propia congoja.
Libro.” Con la sed de todos”
Natividad Cepeda
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