viernes, 2 de agosto de 2024

Destruyendo la vida


 Me faltan palabras ante un encendió forestal. Me horroriza el fuego. Y siento en el alma los alaridos de las plantas muriendo y el dolor de los seres vivos, animales, insectos... feneciendo  sin poder huir del fuego y de su muerte.

Me duele mi civilización tan bárbara y salvaje, tan enganchada a las maquinas y tan ajenas a la vida. 

Los caminos se hicieron paso a paso por hombres y mujeres en busca de nuevos horizontes. Y llegaron a través de bosques y llanuras sin perder la conciencia de ser uno con todo lo que les rodeaba. 

Hoy se desconoce el nombre de árboles y arbustos, de flores de prados y campiñas de lo que representan unos y otros para la lluvia y la pureza del aire que respiramos. se desconocen a los pequeños animales, no se hachan en falta mariposas y grillos, luciérnagas y abejas, avispas y vencejos, gorriones y   el extenso abanico del amplio y bellos sonido de la naturaleza.

No vemos las estrellas en la galaxias del cielo en la noche estrellada ni lechuzas ni búhos cruzando los espacios.  Hemos perdido la música del aire al rozar las ramas de los árboles y el silencio que habita  en los espacios.

Me pregunto ¿hacía dónde vamos?  Y no obtengo respuesta. Cuando escucho y veo en los televisores los incendios  siento que algo muy nuestro hemos perdido en cada uno de ellos. 

 Lástima de nosotros habitantes de un hermoso planeta al que no amamos ni respetamos. Al destruirlo nos destruimos, Al matarlo morimos con él. Somos caminantes por la tierra que heredamos y sin caminos que transitar nos quedaremos sin planeta. Sin nuestra casa . Sin nuestro habitad.


                                                                                      Natividad Cepeda 

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