viernes, 15 de abril de 2022

Bienaventurados los que buscan la paz en medio del dolor


 

Rictus de dolor violado por los hijos cainitas de los pueblos que vemos dejados en despojos tirados en las calles de Europa una vez más en su historia de muerte, poder y destrucción intermitente. Hay tantas imágenes ante las miradas de los Internes que en medio de ese Gólgota y calvario de los hermanos humanos extendido en calles y edificios similares a los nuestros, la desventura no sólo ofende, contamina y la razón se nubla.

En éste Viernes de muerte donde Cristo agoniza el tiempo sin edad ni ciclos de memoria yace sufriendo la muerte de otros Cristos en diferentes Gólgota. Porque a pesar del avance tecnológico el mundo, nuestro mundo sofisticado y endulzado con cuentos en pantallas de plasma, se envilece y es fiero y tan osado, que juega a atajar la barbarie de la destrucción de la guerra con el cautiverio de la paz.

Me sigo preguntando quienes escribirán nuestra historia tan enriquecida de caprichos y de adoración al dinero con nuestra torpe venda tapando nuestros ojos para dar lustre a los gobernante sin ética.

La paz es fruto de convivencia y justa distribución de bienes. La paz no se sustenta en el engaño para acumular posesiones y gloria fatua de quienes se sienten por encima de los demás. La paz no es un canto poético premiado en los escaparates de fiestas literarias o de muros aplaudidos por seguidores al poeta de turno que curiosamente parece desdeñarlo todo. No. La paz no es falsedad y engaño, envidia que derroca al que no se vende y busca la verdad en medio de todos aquellos que la desprecian.

En éste Viernes Santo cristiano donde volvemos a recordar el ajusticiamiento de un Hombre diferente en su pensamiento y en su obrar en favor de toda la Humanidad; Jesús de Nazaret. Cristo ajusticiado en el Monte de la calavera, de aquella sociedad brutal a nuestros ojos, y en la que no nos vemos representados, y menospreciamos porque nos sentimos por encima de toda esa sociedad, y que salvando las distancias de vestimenta y lujos conseguidos, somos tan iguales y parecidos.

Si, somos similares en envidias y en genocidios, en asesinatos y en ostentar cargos pisoteando a los honrados, y a los pobres que mueren también hoy de Hambre, de Enfermedades, de Miserias, de Violaciones y en las Guerras promovidas por miserables humanos en aras de sus propios beneficios.

En éste Viernes Santo, contemplando con los ojos del alma al reo nazareno, inocente de toda culpa y condenado al martirio terrible de ser clavado en una cruz, inimaginable para mi físicamente, le ruego, que mis pasos sigan la senda de la vida con rectitud e imparcialidad ante tantos desmanes cometidos.

Fue una muerte de otro tiempo. Es hoy la muerte de miles de personas en montes con nombres distintos y semejantes, con la desdicha y altibajos de seguir siendo, unos tiranos y la mayoría victimas.

Ahí queda Mi Cristo de Paz y de Amor, yerto, quebrado sus huesos y sangrando su cuerpo. Llagado, perseguido, olvidado ejecutado en cada niño asesinado y violado en la guerra de Ucrania país de Europa, tan cercan y señalada por los teletipos. Y en aquellas otras donde el exterminio sigue su macabra marcha.

Ahí está en cruz, madero de horror y madero de Redención, por cada uno de los cristianos que ayudan a mitigar la pena, el abandono de los heridos y el enterramiento de lo muertos por parte de aquellos que prestos al mandamiento de Jesús de Nazaret siguen sus palabras y ayudan amando a sus semejantes y haciendo realidad su mandamiento de amor.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros”.

Viernes Santo mi esperanza en la cruz. Y Sábado Santo repitiendo... Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.




Natividad Cepeda




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