martes, 5 de julio de 2022

Noches de poemas y misterios.

 



 

Una noche  en el espacio de un jardín, concretamente en La Veleta de Luis Molina, a las afueras del bello pueblo de Almagro de la provincia de Ciudad Real en España, fui invitada a recitar bajo el brillo de las estrellas. Me acompañaron tres poetas Mayu, Teresa y Carmen y nos acompañó un músico al piano Antonio Javier.  La noche se vistió de silencio y la voz poética se expandió por árboles y cenadores. Afuera el pueblo de Almagro seguía soñando con sus cómicos y sus noches de teatro veraniegas. Adentro Luis Molina, barba y cabello blanco, elegante y educado nos dio la bienvenida. Luis es un caballero sacado de un cuadro. Ha debido escapar de una pinacoteca o quizá de un salón  que él  mismo preside. O de un viaje a bordo de un barco de vapor y algún hechizo lo dejó en Almagro. ..

Leí, pausadamente, dejándome llenar por la noche y el lugar. Una brisa campestre movía mi largo vestido rojo con el que yo intenté estar a la altura del anfitrión. Elegí leer un poema que yo escribí hace algunos años sobre Andalucía recordando a la duquesa de Alba,  que vestida y desnuda pintada por Francisco de Goya, que  es contemplada en el Museo del Prado de Madrid; una de las mejores pinacotecas del mundo de ahora. Leía y no podía escapar a ese influjo de la triste historia de amor del pintor y la duquesa…

Ese día me fui a la peluquería, y me cortaron mi pelo que era demasiado largo, alisando mis rizos y dejando que cada cabello de mi pelo rubio se comportara educadamente. No debí hacerlo, ¿por qué? pues porque yo tengo el pelo rizado igual que lo tiene la duquesa pintada por el pintor. Casualidades. Es posible. En las ocasiones que he ido al museo a contemplarla siempre me he preguntado qué pensaría mientras posaba.  Personalmente no me gusta posar y cuando en diferentes ocasiones los pintores me han pedido posar me he negado. Y no me pidieron que me desnudara. No, nunca, jamás. El cuadro de Cayetana y su pintor Francisco, dicen, en voz baja, que se amaron en secreto.  ¿Quién lo dice? La gente del pueblo. la gente de cualquier pueblo del mundo que no tiene salones ni pintores que las pinten en un cuadro.

Mi poema es lindo. Es un buen poema y fue premiado. Pero mi poema, ese poema, lo escribí sin pensar y pensando en ellos. Curioso y misterioso. Cuando lo leo ellos regresan a mi lado. Y esa noche en Almagro los sentí pasear por La Veleta, lejos de todos, besándose entre los recovecos del jardín de Luis Molina.

                                                                                                       

             Natividad Cepeda  

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