domingo, 12 de enero de 2020

Valores culturales de la Tertulia Literaria de la Madia Fanega de Tomelloso



Nadie queda de aquél corro de amigos que midieron versos en vez de fanegas de trigo.
Diariamente mendigamos amor con los labios cerrados y si no lo encontramos cantamos la costumbre de borrar los silencios y hasta aquellos sucesos que nos fueron huraños.
Diariamente despedimos a gentes que fueron sin condición algunos amigos del convivir muchos instantes buenos y, que se van de nuestro lado como la lluvia cuando deja de caer gotas limpias, y de pronto aparece en le cielo el arco iris luminoso que dice, que la lluvia se ha ido a mojar otros suelos.

Cuando yo era niña creía que la tierra era pequeña porque cuando la cogía en mis manos la modelaba a mi antojo haciendo figuras diferentes que secaba al sol, y pensaba que aquellas pequeñas esculturas, eran personas del pasado que volvían a la vida gracias al barro y a mis manos.  Rutina de la infancia que ignoraba la muerte y ese misterio eterno de querer existir por encima de todos los silencios.
Ahora miro la multitud de los que se me fueron y al contraluz de los años se desdibujan igual que el arco iris se extingue cuando el cielo lo absorbe entre sus nubes.  En ese invernadero del recuerdo escucho a los viejos amigos envueltos en su bruma. Compañeros perdidos que piden no olvidarles y el último que emprendió su viaje ha sido Pedro López-Ortega, campesino escritor desde tiempos pasados.
Tierra adentro se quedan las hojas amarillas del otoño podridas junto al tronco del invierno y al mirarlas danzando con el viento, regresan aquellos campesinos que hicieron del terruño su vida y añoranza. Con la muerte de Pedro, se ha cerrado el ciclo de los creadores de La Media Fanega Literaria, nacida en Tomelloso al amparo de la vieja posada que ahora solo guarda fantasmas de arrieros y mulos del pasado.  Todos ellos crecen desde el silencio con sus versos y quejas sangrantes por no haber podido cumplir todos sus sueños…
Los caminos inciertos son aquellos que aguardan bandadas de pasos de multitud de seres que nos siguen pidiendo que no los olvidemos. Es ahora, en diciembre, cuando vienen conmigo los que hicieron posible la tertulia de amigos al calor de un trece de diciembre para dejar caer pétalos, antes de navidad, de versos y de rimas o de prosas, por donde recordaban aquella infancia perdida entre las calles del Tomelloso amado.
Os he echado en falta  amigos silenciosos José María Rodríguez, Epifanio López, Julián Carrasco, Jesús Caro, Faustino Rosado, Jesús Madrigal, Teódula Navarro, Clemente Morcillo, Santos López, Rosarito Peinado, Antonio Armero, Félix Yáñez, Mariano López, José Carretero Julia  Perales, Ignacio Castellanos, Leoncio  Díaz,  Juan José Ruíz,  Ignacio González, Narciso Rodrigo, Pablo Moreno, Venancio  Ramírez y  Pedro López- Ortega el último que ha cerrado el circulo  de aquella fortaleza de soñadores  sin complejos: elegía de amistad por todos ellos cuando diciembre canta villancicos  serenamente  muriendo el año viejo.
Me cubre de nostalgia recordaros. Me sabe a poco traeros hasta mi escritorio donde os nombro. Y me siento indefensa clavada en el álbum del recuerdo.  Sobre la altura de los cielos alumbran con sus destellos las noches frías del invierno las estrellas, no dudo que vosotros, habitáis entre ellas.


                       

  Publicado en el diario digital de Manchainformación Natividad Cepeda | Los Lectores 12/12/2019



                                                                         

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