martes, 18 de diciembre de 2018

Laura Luelmo no volverá a coger en sus manos lápices de colores


           
Laura Luelmo no volverá a coger con sus manos lápices de colores para dibujar  y mostrarnos en sus dibujos sus afanes e inquietudes.
Laura Luelmo  a muerto en esta época tan políticamente correcta con aquellos que asesinan a mujeres de cualquier edad y condición social y, no le devolverá la vida  las tardías lamentaciones de miles de personas desconocidas que ahora, hablamos de ella porque ha sido asesinada.
Laura Luelmo ha sido silenciada porque la frontera del buenismo la ha callado para siempre y, aunque escribamos de ella  a título póstumo, seguirá siendo asesinada mientras las leyes no cambien  en favor de las víctimas y, en contra de los asesinos desalmados que salen gracias a no existir la cadena perpetua por carecer de vigencia.
Laura  Luelmo ha sido ultrajada y asesinada  gracias a la tolerancia  de las leyes  vigentes con los que no cesan de exterminar a las mujeres, aquí y en otros países del mundo con la connivencia de legisladores y mandatarios.
Laura Luelmo no compartirá sus enseñanzas  educativas a los niños de ese pueblo donde el acontecimiento de su   desaparición y muerte lo ha puesto en las primeras noticias de unos cuantos días; después Laura Luelmo, y el pueblo de El Campillo, se olvidarán y los interlocutores de hoy  olvidarán este horrible suceso como se ha olvidado el asesinato de otras mujeres.
Y mi desgarro de mujer es un desgarro viejo y caduco como madre, como hija, como abuela, como nieta…Como mujer ignorada a través de siglos y milenios pariendo hijos y meciéndole en mis brazos para después ser vejada por la corroída maldad de la soberbia de la especie.
¿Llorar, de qué sirve?  Vivimos  en ocasiones con rugidos de rabia e impotencia y  también con ridículas  sandeces de gestos  de estos tiempos tan dados a la imagen y la frase hecha que colgamos en portales de Internet, de whatsapp, twitter y que se hace “viral”. Sí, es esa noticia que  de pronto nos  inunda  y sumerge en su difusión olvidándose con la misma urgencia y rapidez que se extendió. Y  en ese torbellino la vida de una persona no vale nada.
Hoy todos somos Laura Luelmo; ayer fuimos Diana Quer o Marta del Castillo y junto a ellas una larga lista de mujeres asesinadas, niños y algunos hombres; personas a las que el asesino, los asesinos, arrebataron la vida de forma violenta y, a pesar de renegar de ellos y de las leyes que nos desamparan  a veces, hemos salido a la calle a gritar. ¿Para qué? Para nada.
Los lápices de colores de Laura se han quedado huérfanos y las hojas de papel inútiles  sin esas manos que daban vida  a sus personajes de caricaturas. Hemos perdido a una creadora y generaciones de niños y jóvenes a una educadora. La sociedad a perdido a una mujer, poca cosa cuando sobran tantas otras… Las mujeres  siguen sin aprender que la vida es el don más preciado que ni se debe vender ni  se debe perder. Llorar es fácil cuando el corazón se nos rompe. Olvidar también, cuando olvidemos a Laura porque  otro nombre de mujer ocupe su lugar.
Quiero creer  que allá donde Dios pinta de amanecer los cielos tú, Laura ,lo acompañes con tus lápices de colores para seguir trazando caricaturas  entre las nubes y el cielo.





                                                                                            Natividad Cepeda


 Laura Luengo, profesora de Plástica en El Campillo cunado salio a correr deportivamente y desapareció fue encontrada por la Guardia civil el día 17 de Diciembre semidesnuda y cubierta por unos matorrales; ante este nuevo asesinato mi repulsa por tantos asesinatos a mujeres inocentes.
Fotografía de redes .

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