viernes, 11 de enero de 2013

LLANTO EN LAS HERIDAS DE LA TIERRA



Cuando el tiempo navega hacía lo oscuro
y brota llanto en las heridas de la tierra,
hay que tomar la antorcha y ser equivalentes.
                       
                         Por eso
me abrazo a la columnas  que sostienen las palabras,
busco sin prisa las razones
de este vacío inmenso, de esta noche sin leyes
y descubro que nada me compensa mentirme
ni mentir a los otros acerca de mí misma.
¿No estáis viendo que ya me he despojado
de mis alas de falsa mariposa?



          Porque hoy como ayer se pisa la verdad
y apenas queda luz en el faro de la costa,
me niego a negociar con mi conciencia humana.





  
                      

Por eso
procuro no hacer promesas en el aire,
porque lo prometido raras veces se cumple.
Nunca veréis mi rostro en las fotografías
donde se ostenta lo sofisticado,
el poder del dinero, la fama inmerecida,
los besos que se dan con labios falsos.

                Me niego a arrodillarme
ante ídolos torpes, miserables,
ante un Dios vengativo,
ante aquellos que dicen que siempre han existido
los ricos y los pobres.





                                 Me niego a compartir
las fórmulas que admiten y bendicen
la explotación del hombre sobre el hombre.
Aunque vengas envueltas en hermosos mensajes
de eruditos sociólogos
nunca cierro los ojos ni la voz ni el oído
 a las palabras libres
que son como los puentes sobre ríos sin agua.




              Me sublevo ante las puertas
que aparecen oscuras y cerradas                          
para aquellos que nacieron de espaldas
a la suerte, sin paredes ni techos.
Y también para bellas muchachas
que han vendido su cuerpo por un pan necesario.

      
              La vida es despertar
de cara hacía una  meta de todos o de nadie.
No puedo disculpar a las multinacionales
que explotan a las masas en ellas atrapadas,
ni a los santos inocentes de las carreteras
o de la cocaína.
Porque avanzan con ellas oscuros egoísmos
organizados, lujos con marcas, guerras y mísiles
de dentelladas venenosas, minas ocultas, credos
terroristas, mi conciencia de madre
se niega a proseguir ese camino
y también a las falsas estadísticas
de los países ricos
con bolsas de miseria y barrios marginales.


Lejos de mí las confabulaciones
de sabios oficiales, plumas comprometidas,
camaleónicos comunicadores,
chulos que se alimentan de chismes cortesanos,
ladronzuelos de lujo,
mientras naufragan las pateras
y los muchachos pobres empuñan  fusiles
o rebuscan comida en los estercoleros,
junto a los perros abandonados.





                 La vida
no es exclusiva de privilegiados
con derecho a romper la pureza del mundo,
los ríos y las selvas, helados continentes,
los mares, las montañas.
                                        Todos somos
deudores del futuro,
pulso de las constelaciones
los hijos obligados de la naturaleza.




                                                          




                                                                                                                                                                       
                                                                                                          Natividad Cepeda.





 Primer premio: Agrupación Cultural Guardesa XXII Certamen Poesía "Feliciano Roldán" A Guarda (Pontevedra)


Arte digital: N. Cepeda

No hay comentarios:

Publicar un comentario